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Mostrando entradas de diciembre, 2013

UN MONUMETO A LO ABSURDO.

El precio de la gasolina en Venezuela es vil, es irrisorio, es absurdo. Lo menos distante del precio de un litro de gasolina, se me ocurre que es un cafecito, que ya va por ocho bolívares en los sitios más baratos. En la práctica sucede - y así lo reconoció Nicolás - que casi todos los usuarios le dejamos al encargado de surtirla el resto de un billete de 2 o 5 bolívares, según sea el consumo. Hasta los motorizados, que consumen menos, lo hacen. Como demócrata que soy, Nicolás, te digo con franqueza que apoyo ciertas medidas muy puntuales que tomas, aunque tenga divergencias insalvables en lo demás. Piénsalo un poquito más, me refiero a lo del aumento de la gasolina. Que aumentes la gasolina porque no tienes cobres es como que un padre de familia le diga a sus hijos que no le puede hacer regalos en Navidad porque tiene muchas deudas. Y resulta que las deudas de ese padre son en parrandas, juegos, regalos a amigos y amigas, lujos, etc. Y es posible que pensemos otra cosa: De hecho,

LOS POLÍTICOS EN LA NAVIDAD

Llega el mes de diciembre y es como los 15 minutos del intermedio o descanso de un partido de fútbol, en lo que a políticos se refiere. Descansan, hablan y hasta dialogan entre acérrimos adversarios. En esos días navideños hacen una tregua todos los hombres y mujeres del mundo que se ocupan de la política, unidos por la causa común de ser luchadores contra la pobreza, a la que pocos logran derrotar. La mayoría no es que tiene la partida perdida de antemano, no, sencillamente es que de la pobreza se edifican sus propósitos. Si la llegasen a derrotar, se quedarían sin trabajo. La pelea contra la pobreza es como la de los boxeadores, es decir, te conviene darle unos toquecitos, marearla, pero jamás eliminarla. El otro boxeador, en fin de cuentas, es también parte del negocio y tiene que seguir circulando para que todos los boxeadores puedan subsistir. En el mes de diciembre, al menos en este país, es que se escogen a los boxeadores de la política, quizás como algo emblemático del desca

DE LA HECHURA DE LAS HALLACAS

En verdad, la hechura de las hallacas es, en una visión global del asunto, un hecho social, político y, por supuesto navideño. Empieza lentamente desde el día primero de enero de cada año, cuando el jefe o la jefa de familia, o la jefa cuando están los dos, anuncia sentenciosamente que si las vainas siguen como van "este año no comeremos hallacas". Lo estoy oyendo por todas partes desde que tengo 5 años y jamás he visto navidad sin ellas. El discurso político, en toda época del año, hace referencia a la mayor o menor posibilidad de comérselas. El gobierno, desde tiempos remotos, anuncia por ahí a finales de octubre que la hallaca costará equis cantidad, lo cual ni los militares pueden hacer a ese precio. El costo real de las hallacas es indeterminable y al igual que los libros mercantiles de muchos negocios, siempre es muy distinto a la verdad. Ya en los días precedentes al día de la hechura se anuncian los términos hallaqueros de cada casa: quiénes van a participar, cuánta

LOS ARTICULISTAS DE LA WEB

. Hago un esfuerzo por convencerme aún más y amanezco comprando "El Universal" para leer los artículos de opinión de Carlos Raúl Hernández y Luis Vicente León, pues ellos mismos se encargan de anunciarlo días antes. Y lo ratifico. Nada nuevo saco de allí. Pero a juzgar por los comentarios que los convierten en insignes escritores, uno debería agradecerle esas líneas. El P residente Maduro, en hábil maniobra para conjurar los resultados del 8D, pone a León a la cabeza de la vocería opositora y le da varios batazos a los comentarios que éste ha dado con respecto a los mismos. Como diciendo "mira como vuelvo papilla a la mente más aguda de la oposición". Nada que ver. Imperdonable aún más para quien su oficio es escudriñar en los procesos electorales, manejando información y recursos más difíciles para otros. Babiecadas que no aguantan un mínimo de forcejeo. El resultado de elecciones de alcaldes y concejales, a diferencia de las demás que se dan en

ELECCIONES MUNICIPALES 8D. El carácter plebiscitario.

Con la expresión "carácter plebiscitario" se alude al hecho que las elecciones del 8D pretendían ser una forma de evaluar al Presidente Maduro en su corta gestión, pero además para establecer o no la posible ilegitimidad de su victoria. Pero ni ese es el objetivo de la elección municipal ni se dieron las condiciones requeridas para ello. Razono eso. No todas las alcaldías son iguales, ni tienen la misma significación, ni tampoco los alcaldes son elegidos bajo el mismo criterio. En el grueso de las alcaldías, las más pequeñas y aisladas o apartadas, aún existiendo las mismas motivaciones para votar que en todas partes (como el partido, grupos, etc.) se percibe una vinculación más directa con el alcalde. Se le puede "tocar la puerta y te la abre", está más ligado a los problemas comunitarios. El alcalde suele ser , de verdad, "un hombre importante" por la atención que presta. En todos esos casos, tiene menor sentido pensar que votarían en función de cuest

TODA LA MISERIA IMAGINABLE.

Desde hace varios años, con particular enfásis en este 2013, me he visto en la necesidad de presenciar muchas audiencias de juicios penales. Lo hago por motivos ligados a mi profesión de abogado, más en modo alguno como penalista, pues hace algunos años abandoné esta especialidad. Nada más miserable que ver esto, aunque desde ya, con absoluta sinceridad, no culpo a nadie en particular, si bien es cierto que es el Estado quien más responsabilidad tiene. La responsabilidad, en mayor o menor grado, recae sobre todo el país. La indiferencia es, por supuesto, el mal mayor. Y no pocas veces ese indiferente, cuando eventualmente se ve expuesto al sistema de justicia penal, entonces reclama con vehemencia lo que él mismo ha contribuido a crear. Sería casi necio que intentara describir todo aquello: jueces colocados ante un cerro de expedientes que nunca podrán examinar a fondo,  montones de personas apuñadas ante los despachos que jamás podrán ser bien atendidas ( y ni siquiera con el resp

EL DON DE SANAR

Edito Bosch, con apenas 24 años, debió abandonar sus estudios de Medicina. Paradójicamente, su salud precaria reclamaba reposo, constantes consultas médicas, también hospitalizaciones, viajar en busca de alternativas y otros recursos de esosque suelen terminar en un curandero. Sus notas universitarias cercanas a la excelencia muy poco le servían para fraguar una solución definitiva pero le brinaron la oportunidad de olfatear una posibilidad más, hallada al azar. Se presentó en el consultorio del Dr. Trinidad Carducci, luego de una espera de tres meses para que llegara su día de consulta. Cuando entró - cuenta ahora - vió un redondel de profunda luz que se detenía en perfecta armonía  en una placa de mármol, vista esta desde el lado opuesto a la luz, que le confirió la idea que había llegado al lugar adecuado. Así fue. Tras dos horas de preguntas y escudriñamiento, lo único que se llevó como cura fue una toma de medio vaso de una mezcla de jengibre, manzana, limón y zanahoria cada cie

Mal Andrew y su fiesta de quince años.

No era propiamente su fiesta. Era la de su hija que ya se acercaba a los quince años. Mal Andrew vive - exactamento eso, vive - de sus sentidos de la vista, la audición y el habla, pero no es ni oftalmólogo ni otorrino, nada que ver. Vive de lo que ve y de lo que oye, lo que luego comenta en el sitio apropiado. ¿ya nos entendimos ?. Si fuese el caso, creo que no vacilaría en usar también el tacto, pero ya esto es otro tema. Curiosamente, los que practican bien ese oficio son conocidos, precisamente, por el único sentido que no he nombrado: el olfato. "Fulano tiene un olfato del carajo " suele decirse. Pero, al grano.  Embriagado por el crecimiento de sus cuentas bancarias, sobre todo en épocas de elecciones, Mal Andrew planeó una fiesta hollywodense para su hija casi quinceañera: una finca en el llano, dos mautes, dos conjuntos y no sé cuantas cosas más.Pasados un par de meses, no sé que pasaría, le quitó un conjunto al gran sarao, pero ! vaya ! todavía quedaba bastante.