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Mostrando entradas de septiembre, 2016

EL PRIMER ASALTO (tèrmino de boxeo, por si acaso) LO PERDÌ.

Ya casi se me acaba la harina precocida y no se consigue ni bachaqueando. Ademàs, los señalados como bichos de Polar dicen que la producciòn va palo abajo. Asì que me dejè de pendejadas y le dì crèdito a las buenas intenciones del gobierno ! no jile ! y me lancè en Youtube, conseguì un video del Ministerio Popular para la Educaciòn para preparar casabe. Por dentro - asì como con el diablo metìo - pensè que a mi no me van a envainà con la arepita (la canilla a cien bolìvares se agota muy ràpido en todas las panaderìas) , asì que zas ! casabe con la familia. Cuando vì el video, ! que molleja! casi que desisto, pero perseverante como siempre, calculè que deberìa poner a la carajita mìa a dormir en la sala para agarrar su cuarto y poner allì un paral de donde colgarìa el sebucàn (asì le dicen en el video) para exprimir la yuca ya rallada y tambièn el palo abajo pà jalà el sebucàn, hasta secar la pasta. Y en un rinconcito el anafre. Màs o menos entendì la preparaciòn y  lo dejè has

BÀJALE DOS.

El dìa de la concentraciòn de la oposiciòn en San Jacinto (7 de septiembre), cuando pasaba por la avenida tuve que reducir la marcha, casi detener mi vehìculo, pues los manfestantes casi no dejaban paso. Detràs de mi venìa uno de esos hermosos ejemplares Sukong, con los cuales ha crecido la flota autobusera de servicio de transporte colectivo, cuyo conductor, al tambièn pararse, se sintiò amenazado de sufrir daños en el autobùs. De eso me dì cuenta por lo que seguidamente contarè, pues en el momento no lo percibì. Màs adelante, en el semàforo, sentì que me tocaron el vidrio y atendì muy gentilmente a un señor con chaqueta, quien me dijo una serie de cosas que no entendì por la bulla, hasta que vì que la luz del semàforo me indicaba que debìa adelantar. Fue entonces cuando, sorprendido, oì las palabras finales del enchaquetado, quien era el conductor del Sukong y me dijo agradeciera Dios que no le habìan hecho nada a su vehìculo, ya que de lo contrario me habrìa "

DIÀLOGO PARA LA TRANSACCIÒN

Este cuento lo he "echao" màs de una vez, pero se me ocurre hacerlo de nuevo, pues he visto esta mañana a un diputado ( o ex, no lo sè), hablando de la necesidad de un diàlogo gobierno-oposiciòn en Venezuela. El hombre trata de parecer sincero en sus palabras, pero como quiera que èl sabe que eso es teòricamente imposible, entonces la conclusiòn a que debemos orientarnos es otra. La màs sana de ellas es la presunciòn de que el panorama se tornarà durìsimo y ha llegado el momento de agarrar oxìgeno. Creo que en sana polìtica esto es admisible, pues ese resultado en buena parte lo abonan las circunstancias y los adversarios, lo cual constituye la esencia de la vida social. El gobierno, aunque no la practique o la practique mal o la practique bien a medias, se basa en una ideologìa que considera inalterable, no sujeta a revisiòn. Particularmente, aun cuando no la comparto, entiendo perfectamente que sus postulados estàn establecidos de esa forma y que sus defensores deben d

! CORRUPTOS, ORGANIZAOS !

Los ladrones gobierneros de todo el mundo estàn suficientemente especializados en còmo adueñarse de lo ajeno, sobre todo de la plata de los gobiernos. Son verdaderos maestros del crimen, que pueden dar clases en estas malas artes y otras trapisondas del gènero. Pero los tipos no se han adaptado a :1º) el poder de las càmaras fotogràficas de celulares y otras misicusias ; y 2º) las redes sociales (instagram, twitter, facebook,etc.) Por eso los descubr en mansitos y enseguida sus fechorìas son del dominio pùblico, lo que no quiere decir que los castiguen (esa es harina de otro costal), pero la raya queda (aunque como que tampoco les importa mucho). De todas maneras no es un mal consejo indicarles que aprendan a evadir esas dos incomodidades.

EL LENGUAJE ES UNA JOYA.

  Hace unos años vino a Venezuela, junto con un joven familiar mío, un estudiante de origen chino, ambos radicados en San Francisco, Estados Unidos. El asiático le metía más o menos al español. Luego de su estadía en este país, alguien le preguntó al chino, qué cosas le habían impresionado más. Él, sin vacilación, entre varias, indicó que le había llamado la atención que aquí todo era chiquito, a juzgar por la forma de hablar de la gente. Y dijo que las personas se echaban unos “palitos” o tomaban “cervecitas”, que había que hacer una “colita” para sacar del cajero unos “realitos”, que estaba buena la “carajita” y que habían muchos “chamitos”, quiero un “cafecito” y un “pastelito”… A no muchos kilómetros de Caracas, en un pueblo del Estado Falcón y por excepción, las cosas suenan diferentes: Mi amigo Néstor, agradeciendo la bondad de una fuerte ráfaga de viento, me dijo “que sabroso este brisotón”; Dundo manifestó que había salido de su casa un rato porque la mujer tenía un “q

SANTA TERESA DE COCOROTE

Ese nombre es mìo, no es el oficial, es simplemente afectuoso. Me refiero a la otrora Madre Teresa de Calcuta, hoy Santa Teresa. Ella viviò un tiempo en Cocorote, Estado Yaracuy, luego venìa con frecuencia. Lo ignoraba por completo, como mucha otra gente incluso de la zona, hasta que un dìa de hace apenas un par de años, alguien me dijo eso y que prestò sus servicios de asistencia humanitaria a los pobladores de esa poblaciòn y las vecinas. Es asì. Y  pensar que buena parte de mi vida la he pasado en las poblaciones de San Felipe, Guama, San Pablo y Cocorote, de donde es buena parte de mi familia paterna. Unos pocos dias despuès de haberme enterado de la presencia de la Madre Marìa en Cocorote, me trasladè allà. Ese dìa en que fui no se abriò la congregaciòn al pùblico pero con insistencia lo logrè. Estuvimos en la capilla y penetramos al recinto privado de la congregaciòn, donde nos enseñaron todos los objetos e imàgenes relativos a la Madre, inclusive una vitrina que contiene algunos

¿A QUÈ VENIMOS?

Creo que esa pregunta se la habrà hecho toda persona al menos una vez en la vida. Pero no venimos  a nada. Jamàs sabremos de otra posibilidad. Apenas si cubrimos un mìnimo instante y no digo de la eternidad. No. Es un instante mìnimo del tiempo que nos toque, mucho o poco. Apenas si pateamos tambièn unas cuantas cuadras, aùn con posibilidades  de andar un poco a travès del ocèano o del aire. En realidad, no llegamos a estar aquì. Algunos, es verdad, llegan un poco lejos. Algunos, insisto. Los que tienen mucho dinero, quizàs haciendo de trotamundos, revolotean en los sitios donde pueden gastarlo. Los que tienen menos pero les alcanza, revolotean en los sitios donde pueden gastar un poco o mucho menos. Total, los elaboraron para ese arco de posibilidades. Cada quien, en su oficio o en algo que sea ùtil, anda siempre por espacios precarios.  Las personas que le piden un poquito de cafè al vecino para tomarse algo calientico en la mañana, los que juegan loterìa para sobreviv