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AFÍRMALO, SOLO SI LO PUEDES PROBAR

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A menos que no te importen las consecuencias. En pleno centro de la ciudad conversaban dos buhoneras. Una le decía a la otra “yo no sé si La Chachi te tiene fastidiá con la coba de que se levantó al árabe de la tienda, el de la Hummer y que lo tiene comiendo en la mano”. La otra, sin ninguna malicia ni burla, menos aún si juzgamos por su franela y gorra roja con consignas políticas, revelando ese buen sentido del humor que tanta falta hace, le dice “¡claro mijita, me tiene loca con ese cuento que está como el del magnicidio.” Y es que uno corre riesgos. Es como el caso de un señor que le comenta a su compadre que había viajado de Maracay a Mariara en autobús y por la ventanilla solo veía todo amarillo. “Y ¿qué era eso?” le pregunta el otro. “Era una auyama gigante”. Al día siguiente se encuentran de nuevo y uno de ellos dice: “Compadre, ayer hice ese recorrido para ver la auyama pero no vi nada, tod...

EL VENDEDOR DE JUGOS EN CONEJEROS

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Recuerdo una película italiana en la que dos hermanitos, hembra y varón, son trasladados de una ciudad a otra muy distante, por un funcionario gubernamental adscrito a protección de menores. Los sacaban de un ambiente hostil, abandono, prostitución, etc. a compartir con una buena familia. Al principio del trayecto aquellos niños eran hoscos, huraños, amargados, pero en la medida que van avanzando en el viaje de varios días por carretera se familiarizan con el funcionario que los trata dignamente y con mucho afecto, juega con ellos y les cuenta chistes. Los niños dejan así escapar a esas otras personas afables y felices que llevan por dentro. Pero el día que culminan el viaje, próximos a una nueva red burocrática y a papeleos legales carentes de amor, los niños retoman el carácter con el cual partieron de la otra ciudad. Esta película me hizo recordar lo que positivamente hace posible la comunicación. Una mañana de hac...

CUENTO DE ABOGADO: Mientras más viejo, mejor.

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No creo que no haya un día que uno no oiga a alguna persona haciendo referencia a lo que podría hacer si tuviera menos edad. Un hombre puede decir " si yo tuviera diez años menos me empataría con esa chama...", otro dirá " si tuviese veinte años menos me iría a vivir para el llano y fundaría un hato...", otro por allá " con quince años menos me pondría a estudiar en la Universidad..." La lista es infinita. Pero siempre hay una excepción. Esto me sucedió hoy jueves 30 de octubre de 2008, exactamente a las 11.45 a.m. Me consigo a un abogado amigo y me cuenta lo indignado que está porque llegó a un acuerdo con otro colega sobre un pago y luego de firmado el convenio, el otro recibió el dinero para pagarle y !zas! como que lo tumbó. Mi amigo me dice: "Lástima que tengo 65 años. Si tuviera cinco años más (es decir, setenta), le daría una paliza y no me pondrían mandar a la cárcel porque a los 70 años nadie puede ir preso". Así son las cosas. Hay pa...

LA SALVACION INTEGRAL

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Mi tío Humberto Sosa Antonetti, que en paz descanse, era un extraordinario “jodedor”, en el particular sentido que los venezolanos le hemos dado a esa palabra. Aclaro esto último, porque las definiciones que sobre el “joder” y el “jodedor” traen los diccionarios contienen otras acepciones muy distintas de la nuestra, aunque nosotros también las utilicemos en algunos de esos sentidos. El jodedor - cómo me ha costado definirlo - es un verdadero genio en el manejo del lenguaje (y también de las señas y del silencio), que sin pretender ridiculizar a las personas ni ofenderlas, se expresa con mucha habilidad en situaciones difíciles para protestar, denunciar u oponerse a otra persona, causando gracia por el talento empleado. Conecta una situación con otra referencial y ésta le sirve para pronunciase en aquella. Juega con las palabras por su parecido fonético o escritural, de modo que usa impropiamente la que no corresponde para evidenciar la que quiere exp...

MODELO DE RELACIONES PÚBLICAS

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Tengo una amiga que maneja de manera muy competente la jefatura de Relaciones Públicas de una institución. Pudiéramos decir, de acuerdo a lo que ahora narraré, que a veces lo hace hasta con un cierto exceso de eficiencia. Casi que no hay día de la semana en que no te haga saber algo que ella considera importante. Desde un afiche o pancarta hasta todas las formas posibles de internet, Facebook incluido, son aprovechados para la comunicación del bautizo de un libro, una jornada para recaudar fondos, la primera piedra en la construcción de algo, el día de esto y lo otro, o la misa de tal cosa. Pero su mecanismo preferido son los llamados “mensajes de texto” que se pueden hacer desde los teléfonos celulares. No sé cuántas veces he interrumpido algo para atender las notificaciones de dicha Jefa. Un día me lo mandó en medio del almuerzo; unas horas después lo recibí estando en una función de cine y el tercero de la jornada me ll...

¿Quién es el pendejo?

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Conocí personalmente al Dr. Agustín Aveledo, Fiscal del Ministerio Público en Maracay y Caracas. Lo recuerdo particularmente cuando defendía vehementemente sus puntos de vista en unas tertulias que por algún tiempo mantuvimos varias personas en una tasca de la avenida Baralt. De temperamento un poco fuerte y poco comunicativo, tuve, sin embargo, la oportunidad de conversar amenamente con él muchas veces. Cuentan que una vez, ya bastante entrado en años, estaba en el patio de su casa donde tenía unas matas de lechoza. Conversaba con un amigo y aprovechó la ocasión para pedirle que le bajara una lechoza. El amigo se acercó a la mata, obviamente descartó las verdes y entre las amarillas le fue señalando varias. "Esa no.. - le dejo varias veces - bájame aquella que está allí " y le señaló el punto. " doctor, esa está picoteda por los pájaros..." le respondió el amigo. "Si, bueno, exactamente esa es la que quiero, ¿tú crees que los pájaros son pendejos?"

EL BUEN CARÁCTER EN ESTOS TIEMPOS

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Al igual que todo el mundo - creo yo que es así – hago siempre mis meditaciones y evaluaciones sobre lo que hago o dejo de hacer, lo que pienso, las metas, etc. Y desde hace unos pocos años a este día de hoy, siento que he tenido una evolución positiva en el trato con los demás, sean estos familiares, amigos y personas relacionadas con quienes trabajo. Aficionado por naturaleza a la discusión, la confrontación, la querella y afines (como suelen identificarse los sindicatos de cualquier cosa), como también por vocación, pues de otra manera mi oficio de abogado estaría en alto riesgo de no ser utilizado, siento, sin embargo, que me he vuelto pausado, comedido y ponderado. “Son los años que ya me reclaman serenidad”, pienso, luego de lo cual aseguro que debe ser más bien por haber cultivado un adecuado espíritu del humor. Una mañana de hace pocos días atrás me asalta una inquietud y al analizar todo lo que le concierne, ...