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SOBRE LA PAZ EN COLOMBIA

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron consideradas siempre un grupo terrorista o subversivo. Sin embargo, a mi juicio, el solo hecho de haberse sentado el gobierno a dialogar con ellas, les confiriò - si acaso no lo tenìan antes - el estado de una fuerza beligerante, es decir el reconocimiento a ser parte en un conflicto armado. Esa condiciòn vale a la hora de establecer el acuerdo de paz que ya ha entrado en su parte final. Disminuida o no (eso es algo que corresponde al campo militar) lo cierto es que no se le pudo vencer en forma definitiva y tuvo la fuerza necesaria para converger con el gobierno en unas discusiones muy largas. Por consiguiente, quienes se oponen al acuerdo, parece que no han considerado lo anteriormente explicado y pretenden que las FARC se sometan sin condiciones, exigencias o pretensiones, al règimen jurìdico y polìtico vigente en Colombia. ¿Què prefieren, entonces, los oponentes al acuerdo? Creo que prefieren continuar la guerra, ent...

VOTO SÌ POR LA PAZ EN COLOMBIA

No tengo derecho a votar en eso, pero digo que sì con el alma. La paz en Colombia, sì señor, la paz. La guerra no se acaba totalmente firmando un acuerdo, es cierto, pero sì se inicia la paz. Muchos de lado y lado, los guerreristas, se tambalearàn con el viejo recuerdo de la guerra y todo lo que de ùtil ella pueda tener para quienes no pueden ver el mundo de otra manera. Habrà desconfianza, es cierto. Habrà flaquezas, tambièn lo es. Serà un camino tortuoso, sì, sin duda. Pero lo mejor es intentarlo. Los hombres de buena voluntad construiràn la paz, pese a todo inconveniente, con el corazòn puesto en no volver atràs. ¿Y saben una cosa? Lo lograràn. Dios es infinito. Colombia significa grandeza. Y la paz alimenta la vida.

MÀS SOBRE EL ARTE DE CONVERSAR.

Hace unos meses atràs, en un juicio que llevamos en la capital de la Repùblica, el juez fijò un acto para conciliar. Preparè mi orden expositivo con suficiente anticipaciòn. Como representante de la parte demandante, me tocò hablar de primero. En ese estado, quise exponer lo que mi representado estaba dispuesto a sacrificar para llegar a un acuerdo. Entonces, expresè que la contraparte habìa cometido un delito contra mi cliente y èl estaba disp uesto a renunciar a la acciòn penal en pro de llegar a un acuerdo satisfactorio. Apenas expresè la idea, el juez saltò para decirme que no era momento propicio para amenazar, sino para llegar a un acuerdo (¿?) Lo dejè asì y seguì a otro punto: Esta vez pretendìa hacer un elenco de las condiciones morales privadas y pùblicas de mi cliente para que se tuviera una idea de los daños que se le habìan causado con la conducta del demandado. El juez saltò de nuevo para señalarme que aquì no estàbamos para hablar del pasado. No expuse màs. Imposible lleg...