YO, EL HELIOGÁBALO

Hace un montón de años atrás, nos encontrábamos viendo el puente viejo de San Cristóbal, Estado Táchira, entre otras personas, mi compadre doble, amigo, colega y socio Dr. Omar Aldana Becerra, q.e.p.d. y su distinguida madre doña Josefa de Aldana. Repentinamente, esta última, sin que mediara nada, expresó en tono jocoso, refiriéndose a mi persona: ¡ Ese Vicentico come más que un heliogábalo ¡

           Nadie dijo nada y yo, el señalado, opté por guardar silencio e          inmediatamente vinculé al heliogábalo con una figura que le              enseñan a uno en Educación Artística, en bachillerato, como un        animal prehistórico que seguramente tenía alguna razón que lo             vinculaba conmigo y mi forma de comer.

        Comentando esto hoy, muchos años después, ante unos de mis dos hermanos escritores, me entero que estaba equivocado. Heliogábalo fue un emperador romano que fue famoso por su gula al comer, lo que hizo que su nombre fuese adoptado para referirse a las personas golosas. ¡ Válgame, Dios¡ La señora Aldana se encargó de la actualización del personaje, incluyéndome como heredero suyo.

Y, sí, tenía algo o mucho de razón, pero ese hábito ya no va conmigo, gracias a Dios.


 

         

Comentarios

Entradas populares de este blog

COÑO DE TU MADRE

Muebles exóticos de Aragua.

LA PRUEBA DE TESTIGOS EN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONATORIO