Entradas

El "franquismo" español quiere acabar con los toros de casta.

Imagen
Al parecer, en España el Franquismo es aún de tal magnitud, que ha logrado liderar una gran campaña por la eliminación de las corridas de toros, con lo cual se lograría, entre otras cosas, la aberración de eliminar un tipo genético que el hombre ha creado y desarrollado, como lo es el de los toros de casta. Don Javier Marías, que así se llama el informante del tema, a la vez que reconoce no saber nada de toros, dice que en la disyuntiva entre eliminar las corridas o no, se inclina por la conservación de ellas. Dice, primero, que así se evitará que las inmensas fincas dedicadas a la cría de toros de casta se conviertan en edificios, comercio, etc, y por otra parte, en fin de cuentas, el toro puede vivir unos años y ser libre. !Que vaina, Don Javier¡. El franquismo azotó España y mató a muchos de sus hijos. Y ahora pretende quitarle a los toros el inmenso placer de competir en igualdad de condiciones con hombres (y hasta mujeres), caballos, banderillas, espada y otras cositas más.

De las expresiones venezolanas: Ni para cagar.

Imagen
Continuando con las expresiones comunes del venezolano, las cuales abundan para cada ocasión, me refiero hoy a esa que se usa cuando una persona no se despoja en ningún momento de algo que es de su agrado, lo que puede ser un artículo personal como un reloj o un bolígrafo, y cuando se exagera ( y se refuerza así la expresión) se llega hasta el vehículo mismo o hasta la pareja misma. Pongamos este último ejemplo: Alguien diría " fulano no se separa de esa mujer ni para cagar". Resulta que ahondando en el término, su uso, significado, me encuentro que la mayoría de las personas cuando van al baño no se quitan nada o casi nada. Apenas encontré unos pocos que dicen que se quitan parte de la ropa y hasta toda. La mayoría, sin embargo, solo se rueda o desplaza la que es necesaria, pero no se la quita. Y es más, he comprobado que la mayoría de la gente no solo no se quita nada cuando va al baño, sino que más bien se pone otras cosas o usa otras cosas, como el amigo de nuestra gráfic...

De las expresiones venezolanas: Llevarse para la tumba.

Imagen
Es muy común que en Venezuela, para justificar las abundantes ingestas de alcohol o de comida, así como los viajes o los amoríos, se diga "total, eso es lo único que se lleva para la tumba" o "lo único que me voy a llevar para la tumba". Pero, piénselo bien y justifique de otra manera sus vivencias, porque lo vivido, vivido está, y usted no se lo va a llevar para ninguna parte, eso se queda ahí, en ese momento, o en esa larga farra que le dejó un ratón de brinquito o en aquella amapuchadera que hasta un muchacho pudo dejarle. O tal vez mejore la expresión y pueda decir que lo que usted puede disfrutar hasta el momento antes de que lo lleven para la tumba, es el recuerdo de lo vivido. Vale. Gracias.

La única norma del amor es que no tiene normas.

Imagen
Te envío estas notas, mujer, donde quiera que estés. Casi todos los días, de lunes a viernes, y algunos sábados por la mañana también, camino indiferente por lo que una vez fue el piso o el patio de la bella y vieja casona de tus primos orientales, sí, aquella casona donde también trajiné incansablemente los caminos dificultosos que conducían a la aceptación del amor que te proponía. Pero basta que llegue la Navidad y suene aunque sea lejano un villancico, para que entonces estés tú allí, hermosa, arrogante, perfumada, arrastrándome a ese ejercicio que en mi caso personal era el de desgraciar los efluvios del tocadiscos. Total, para evitar que alguien me tumbara mi china. ¿La pasamos bien ese par de años, no? Gracias. Es del azar que después te hayan clavado par de banderillas, faena y certera estocada. El amor es así. Pero fíjate, algo siempre queda. Ahí está un trocito de cerámica de la vieja casona y desde ahí reconstruyo la casa, el pasillo, los latidos del corazón, la música y......

Con lo mío mío mío, con lo mío no te metas.

Imagen
Me tocó viajar una vez con un cliente a la ciudad de Caracas y en el camino encendió la radio. Allí salió la bella voz de la bella mujer Cristina Maica con la canción esa que en una de sus partes dice "con lo mio mío mío, con lo mío no te metas" El cliente enseguida cambió la emisora con cierta rabia. Le pregunté porque reaccionaba de esa manera y me dijo tajante: " Cristina Maica gana un realero con esa canción en la que clama que con lo de ella no se metan, pero ella si se puede meter con lo de uno, fíjate que tiene tres meses que no me paga el alquiler del apartamento que le tengo arrendado." Buena razón, esa. Cristina en ese tiempo estaba apenas empezando y quizás tendría algún tropiezo económico - pienso yo - pero, gracias a Dios, ya hoy es una mujer triunfadora en todo sentido. Así que, pues, puede seguir reclamando con vehemencia que no se metan con lo de ella.

Super machos venezolanos.

Imagen
Dentro del género de los super machos venezolanos, así identificados por ellos mismos, los camioneros y conductores de busetas parecen ser los más fieles exponentes. Por toda Venezuela puede observarse en los vidrios de las unidades que conducen, expresiones, frases y hasta simples palabras alusivas a sus alegadas cualidades. De tantas que he visto, siempre he tenido como la más expresiva, una buseta que circula entre Morón y Tucacas, en la que puede leerse en el vidrio trasero "El papi de todas". ! Arrechísimo ¡ Ayer 27 octubre me tocó ver en la Avenida Aragua de Maracay este ejemplar, que bien pudiera quitarle el título al anterior. Nada más ni nada menos que "El Castigador". Aunque tal vez no sea por eso que estamos imaginando que lo llamen "El Castigador", sino porque el hombre transporta y comercia nada menos que agua. Algo que está escaseando y escaseará más. Tenerla, en verdad, es un lujo y quien como "El Castigador" la posee en abundancia...

La poesía futurista del poeta de La Palmita.

Imagen
Nosotros lo bautizamos como el poeta de La Palmita. Lo conocimos en ese sitio que aparece en la foto, ubicado en la carretera Capadare-Mirimire del Estado Falcón. Era un obrero de Venepal, allá en Morón, quien al salir de su trabajo los viernes en la tarde, agarraba el primer autobús que pasara, llegaba su casa, se cambiaba y se iba con su gigantesco perro al bar de La Palmita, a meterse unas elodias (birras, espumosas, etc.) Lo único que cargaba encima además de lo natural, eran unas hojitas de papel con líneas o cuadriculadas, donde bajo los efluvios del alcohol estaban unas cuantas poesías de su propia inpiración. Una de ellas era de ese género, cuyo nombre ignoro, que empezaba por "Amor es..." y luego venía el rellenito; repetía otra vez "Amor es..." y otro rellenito. Esta era de amor, un intento desesperado por expresarle a su amada compañera de vida sentimental algo apropiado, pero no exento de las necesiddes terrenales. En medio de la poesía decía: " Am...