UNA UNIVERSIDAD PARA ARAGUA.
Venezuela derrocha su riqueza petrolera y varias otras más. Desperdicia sus recursos naturales. Malgasta su dinero.
Pero el recurso que más dilapida, hasta la insensatez, es su potencial humano. Y me voy a remitir a mi ciudad Maracay.
En cualquier rincón de la ciudad, en bancos, cafetines o restaurantes, en la calle, en el mercado, como sea, me consigo hombres y mujeres, jubilados de diversas profesiones que se dedicaron a la docencia o a la empresa privada o a cargos públicos, que poco o nada hacen para que sus conocimientos sean aprovechados, exactamente porque no tienen donde hacerlo.
Muchas de esas personas apenas si pasan los 50 años y de allí hacia arriba hay muchos. Profesionales con post grados y doctorados, docentes de educación secundaria que dejaron huella en sus funciones, abogados que ocuparon posiciones importantes en la administración pública nacional (jueces, fiscales, defensores, asesores), médicos con una increíble experiencia en sus consultorios, hospitales o clínicas privadas; ni qué decir de ingenieros agrónomos y médicos veterinarios formados en la Universidad Central de Venezuela, reconocidos en universidades prestigiosas del exterior y con obras importantes publicadas en las más prestigiosas revistas mundiales. Bueno, me faltaría espacio para narrar lo que he visto en una sola ciudad de Venezuela, el tesoro del conocimiento acumulado y sin ser utilizado.
Con estas reflexiones comienzo mi día lunes 2 de septiembre y al acercarme a la panadería cercana me encuentro con el Dr. José Vicente Hermoso, profesor de post grado en Maracay.
Me dice : Vicente, ¿porqué no crear una Universidad para Aragua, con todas las carreras, aprovechando el inmenso recurso humano disponible ?
¿habrá quien le lleve esa idea a la máxima autoridad, como el gobernador, y que éste luche por ese objetivo con las autoridades en materia educativa ?
Razones hay de sobra para no ser optimistas, pero en todo caso vale la pena anunciarlo y buscar apoyo en la comunidad. ¿lo intentamos?
Pero el recurso que más dilapida, hasta la insensatez, es su potencial humano. Y me voy a remitir a mi ciudad Maracay.
En cualquier rincón de la ciudad, en bancos, cafetines o restaurantes, en la calle, en el mercado, como sea, me consigo hombres y mujeres, jubilados de diversas profesiones que se dedicaron a la docencia o a la empresa privada o a cargos públicos, que poco o nada hacen para que sus conocimientos sean aprovechados, exactamente porque no tienen donde hacerlo.
Muchas de esas personas apenas si pasan los 50 años y de allí hacia arriba hay muchos. Profesionales con post grados y doctorados, docentes de educación secundaria que dejaron huella en sus funciones, abogados que ocuparon posiciones importantes en la administración pública nacional (jueces, fiscales, defensores, asesores), médicos con una increíble experiencia en sus consultorios, hospitales o clínicas privadas; ni qué decir de ingenieros agrónomos y médicos veterinarios formados en la Universidad Central de Venezuela, reconocidos en universidades prestigiosas del exterior y con obras importantes publicadas en las más prestigiosas revistas mundiales. Bueno, me faltaría espacio para narrar lo que he visto en una sola ciudad de Venezuela, el tesoro del conocimiento acumulado y sin ser utilizado.
Con estas reflexiones comienzo mi día lunes 2 de septiembre y al acercarme a la panadería cercana me encuentro con el Dr. José Vicente Hermoso, profesor de post grado en Maracay.
Me dice : Vicente, ¿porqué no crear una Universidad para Aragua, con todas las carreras, aprovechando el inmenso recurso humano disponible ?
¿habrá quien le lleve esa idea a la máxima autoridad, como el gobernador, y que éste luche por ese objetivo con las autoridades en materia educativa ?
Razones hay de sobra para no ser optimistas, pero en todo caso vale la pena anunciarlo y buscar apoyo en la comunidad. ¿lo intentamos?
Comentarios