LAS IDEAS NO SE NEGOCIAN.
Mientras nos neguemos a entender lo
que de seguidas explicaré, nos será más difícil salir de esta crisis que nos
agobia. El candor, que es uno de los símbolos de nuestra identidad nacional,
hoy en su máximo apogeo, nos impide ver la realidad. Sé que hay unos cuantos
que también saben esto que expresaré, pero no tienen la libertad de que yo
dispongo para hacerlo. Intentémoslo.
El grupo que detenta el poder, que se
autodenomina socialista o comunista (esto último no de forma explícita) y que
no es ninguna de las dos cosas, sí ha copiado las herramientas que usan
gobiernos extremistas de esas tendencias (el socialismo no implica extremismo,
pero hay gobiernos que cumplen algunos de sus proyectos y lo hacen forma
arbitraria). En otras palabras, tienen
ideas de aparente corte socialista y las aplican con herramientas extremas.
Esas herramientas constituyen un
bloque de acción social que se dirige a todos los aspectos de la vida, formando
parte tan indisoluble de un engranaje, que no puede ser alterado por nada ni
nadie. Son ideas, léase herramientas, exclusivas y excluyentes.
Siendo así, es inconcebible e impensable,
que pueda haber diálogo alguno que signifique una transacción. En toda
transacción las partes sacrifican algo importante.
Cuando las partes en confrontación en
algo deciden conversar para “arreglarse”, es porque ya no pueden doblegar al
contrario o sería muy costoso, arriesgado o difícil hacerlo.
Normalmente, por ejemplo, es absurdo
que sí dos personas están peleando por un fundo bien equipado, una le proponga
a la otra que le ceda la propiedad a cambio de una rastra. Hay que ceder
sustancialmente de parte y parte.
Así sucede en este momento en Venezuela.
El grupo en el poder tiene, cuando menos cinco puntos que no son negociables,
forman parte de su esencia, son exclusivos y excluyentes. Así que jamás los
negociarán. ¿Estamos claros?
Es más, siempre he dicho que en eso
ellos han sido honestos con ellos mismos, con la sociedad, con sus partidarios,
con sus adversarios. Y nos lo han dicho una y otra vez, a veces en forma
directa (y la gente como que no les cree) o disimuladamente (y no los toman en
serio). Lo han hecho sin tapujos y frontalmente. Ese es el candor nacional.
Así que, debe entenderse que cuando
hablan de diálogo lo hacen porque han llegado al poder por vía democrática y
eso es una obligación política, o por cualquier otro interés que no
necesariamente implique que van a ceder en alguno de los puntos cardinales que
son las herramientas de sus ideas.
Son ideas que estimamos equivocadas y
ahora demostradamente improductivas, pero es el derecho que tienen a pensar
así.
Esa es la verdad. Cuando todos aceptemos
esto, entonces seremos más consecuentes con las fórmulas constitucionales y
democráticas para superar lo que vivimos
Comentarios