SÉ QUE PICA, ENTONCES RÁSQUESE…
Por supuesto que me he enterado, a lo
largo de estos años, todo lo que se señala (por vía oral, escrita, televisiva,
medios electrónicos, prensa, etc.) de las personas afectas al gobierno, hombres
o mujeres, funcionarios o no, vivos o muertos, de cualquier lugar del país,
execrados o no, tránsfugas o no, ricos o
pobres, militares o civiles, etc.
Algunas cosas están probadas, otras no
aunque suenen coherentes, otras en ninguna forma.
Pero si al menos la mitad de lo que se
señala fuese cierto, obviamente tendríamos conclusiones catastróficas. ¡ Vaya
usted a saber ¡
No obstante lo anterior, de una cosa
sí estoy seguro. En muchas ocasiones, tal vez las más importantes y puntuales,
estos ciudadanos han sido terminantemente sinceros.
Nos han dicho en nuestras faces cosas
demoledoras y no les hemos dado importancia. Hemos pretendido encajarlos en
fórmulas que no les interesan en absoluto y nos empeñamos en denunciar eso. Han
anunciado planes que no hemos creído que sean capaces de llevar a cabo y lo han
hecho.
Cualquiera que esté bien alerta,
podría escribir un libro de acción política con la sola expresión “no volverán”,
la cual repitieron incansablemente. Sin embargo, la misma fue ignorada o cuando
mucho fue objeto de sorna.
La inocencia, el candor, en otras
instancias ha sido suicida para la voluntad opositora.
Apenas recientemente se tiene un poco
más de conciencia de esa sinceridad. Y las cosas han cambiado ostensiblemente.
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