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ARREPENTIDOS.

 En todos los países, épocas y gobiernos ha habido personas de alta responsabilidad en cargos públicos, que en algún momento abandonan las mismas y huyen, se esconden u otras cosas màs. Dentro de ese grupo, especial relevancia tienen los que deben y tienen que cumplir labores en favor de la justicia. Un dìa se arrepienten por lo que creen que debieron hacer y no hicieron, o lo que no debieron hacer e hicieron. Cuando lo hacen, pasan a ser enemigos de quienes èl apoyaba y lo apoyaban a èl, y sucede inexorablemente que son execrados por quienes sufrieron por sus acciones y por sus adversarios. ¿ tenemos que ser así de simples?, pregunto sin saber la respuesta. Quisiera saber lo que los demás opinan. ¿llegaron a sus cargos por azar y luego los manipularon, o los escogieron desde un principio para utilizarlos? ¿se fueron corrompiendo gradualmente hasta que no habìa punto de retorno y tuvieron que abandonar cuando vieron a lo que los llevaban? o ¿los buscaron de una buena vez para cosas...

ENTRE FOGOSOS Y ALCALDE.

Ya había avanzado el periodo de su mandato, cuando el alcalde resolvió acentuar las intervenciones en público. No solo de èl, cabeza primaria y prístina (bueno esto para acuñarlo en una moneda, de poder hacerse) de la "bienaventurada transformaciòn", sino de algunos de sus funcionarios, seguramente los màs fogosos. Mucha gente del pueblo, por la razón que fuese - que aquí a nadie eso le interesa - acudìa a las citas que ahora se convirtieron en cada tres días. Daban discursos guionescos, claro, como suele suceder en las cosas de la política y a decir verdad resultaban casi como intimidantes cuando los daban los fogosos del alcalde. Muchos pensaban que la necesidad de mantenerse en sus cargos los hacían redoblar la búsqueda de insania en sus opositores, hallar triquiñuelas en adversarios que era màs difícil que en los propios, encontrar cuentas del pasado aùn pendientes, recordar borracheras trastabillantes con vómitos en la ropa y mire usted cuantas cosas le ofrece el ingen...

TAMBIÈN PUEDO ENTRISTECERME

También puedo entristecerme y eso hago ahora. Quiero dar un paso y explorar pero algo me dice súbitamente que explore desde aquí. Los conceptos suelen ser simples aunque donde me encuentro he hallado una complejidad que es ya una deuda pendiente con la vida. No podrè perderme, pienso. Me pregunto si eso podrá hastiarme y vencer la fortaleza por la que luchè desde aquí, la que ahora, pienso, que construí en este lugar. Muchas fuerzas se conjugan inocentes, vitales, armoniosas, posiblemente cíclicas, para que te quedes en tu espacio, el de tu fortaleza conceptual, que se me antoja como en una foto vieja en la que estàs meditabundo, ajeno a lo que ahora has creado, desde donde nada màs parece que podrá desubicarte. Ahí està la brújula que te conducirà. Ya no estarè màs triste, solo alimentaba este espacio en el que, en verdad, nada falta.

EL ELEFANTE Y LA HORMIGUITA.

El elefante es un animal grandote, así estè recién nacido. La hormiga es pequeñita, así estè en su tamaño màs grande. Los que echan cuentos no ponen la hormiga, sino la hormiguita, si necesitan que sea màs pequeña aùn. Al elefante no hay que decirle el elefantote, se supone que siempre es grande. ¿què tengo yo ver con ese cuento tan bobo del elefante y la hormiguita?. Nada, diría, pero por què razón me viene en mente. Recuerdo que me había puñaleado, como dicen aquí, sobre el elefante, de modo que ni de vaina querìa saber algo de la hormiguita. Ùnica pregunta: La hormiguita. !Coño ! no puede ser. La hormiguita està en todas partes bla bla bla y por supuesto en Àfrica, donde también abundan los elefantes bla bla bla y el elefante es esto  esto otro... ! ja, ja , ja ! Son màs o menos cuarenta años despuès. Ahora no es ni hormiguita ni elefante, joderse, es caducidad o prescripción. Tengo que decir, ! que verga !, el funcionario es de arribota, me parece que ha hecho l...

JUSICIA ABÙLICA.

Se pueden hacer muchos señalamientos para demostrar que un sistema judicial està vencido, caduco, podrido. Es una organización tan compleja, que puede uno referirse a las personas en sus diversas funciones (jueces, secretarios, fiscales, defensores, empleados, alguaciles) o  aludir a la tardanza, a la escasez de conocimientos, a la falta de técnicas o tecnología, a la corrupción, a los favores y así mucho màs. Lo que a mi parece màs indicativo de una severa crisis no es nada de eso, lo haya o no, todo o parcialmente.  Grave es percibir un estado de postración del ciudadano frente a la justicia, una especie de desesperanza de todo el personal judicial honesto (que es la mayoría) que la genera la poca calidad de servicio que están ofreciendo y de lo cual están conscientes, el desencanto que produce en muchos de quienes son usuarios o encargados de sistema judicial, respecto de la forma en que se producen muchas decisiones. Es una panorama sombrìo, triste, abúlico. Ha...

SANCIONES DE USA

Coincido con muchas personas en eso que las sanciones de cualquier tipo que Estados Unidos impone a cualquier naciòn o personas o grupos por diversos motivos, resultan muchas veces muy arrogantes, o los convierte en algo asì como los policìas y jueces del mundo, en fin, da la idea que ellos tienen un super poder para tomarlas y aplicarlas. Pero tal vez una opiniòn màs adecuada requiera algunas precisiones. 1) Esas sanciones no son extraterritoriales, es deci ... r, no se aplican dentro de las naciones distintas a USA ni a personas o grupos en sus territorios. 2) Se aplican a naciones o personas o grupos, en la medida que estas tienen o pretenden tener intereses en USA, esto es, ello formarìa parte de intercambios o relaciones bilaterales; 3) Todos los paìses del mundo tienen tambièn el derecho de aplicar sanciones a otras naciones, incluyendo USA, o a sus nacionales (grupos o personas). Ello tiene un fundamento jurìdico. 4) La relevancia de las sanciones que impone USA dimana de su c...

¿PUEDE SER RICO UN JUEZ?

Somos prejuiciosos con esto. Un juez puede ser rico por diversas razones ajenas a su oficio, antes o durante su cargo. En este último caso, nada obsta a que haga actividades productivas, realizadas con buen criterio y sin utilizar su magistratura ni el tiempo de esta. La sociedad percibe muy claramente, sin embargo, cuando la riqueza de un juez lo compromete en su honestidad. Mi padre, Vicente Amengual Hernández, tuvo una larga trayectoria en el poder judicial, desde escribiente en un tribunal de Caracas hasta su función como Juez Superior del Estado Aragua. No se ganó un solo céntimo fuera de su trabajo judicial hasta 1967 en que fue jubilado. Su vida fue setenta y dos años de austeridad, disponiendo lo estrictamente necesario para una vida decorosa. Esto era un modo de ser, una actitud ante la vida, un estadio espiritual. Amaba ser así y era feliz por ello.