VENEZUELA TIENE UNA DE LAS MARAVILLAS DEL MUNDO.

Los venezolanos somos, en una cantidad muy significativa, aficionados a los récords, las primacías, los puestos de vanguardia y cosas por el estilo. Invocamos y defendemos el tener las mujeres más bellas del mundo. Uno de los ríos más grandes del planeta. El salto más alto. Las mayores reservas de petróleo. Los únicos gobernantes imprescindibles.
Yo también he hecho mi modesto aporte en tal sentido, cuando afirmo sin ninguna duda, que Vitico Davalillo es el mejor bateador de la historia del béisbol.
A propósito de este tema, alguien me contó que a finales de los años cincuenta, fueron a cenar Alfredo Sadel, César Girón y Susana Duijm. Se estacionaron en una zona indebida y llegó un fiscal de tránsito quien les señaló que allí no podían dejar el vehículo. Dichos ciudadanos hicieron caso omiso de la indicación y uno de ellos le advirtió que eran nada más y nada menos que el mejor tenor, el mejor torero y la mujer más bella del mundo. Así que se fueron a comer. Al regresar consiguieron en el vidrio delantero una boleta de multa firmada por fulano de tal, el mejor fiscal de tránsito del mundo.
Los venezolanos deberíamos desde ya crear una organización para promover que la Autopista de los llanos General “José Antonio Páez”, sea considerada oficialmente como una de las maravillas del mundo contemporáneo. Para tales efectos existen organizaciones y fundaciones esparcidas por el mundo entero, muy calificadas y reconocidas.
No sé exactamente cuándo se empezó a construir, pero creo que fue durante el gobierno de Luis Herrera Campins, en el cual se hizo el tramo Agua Blanca - Ospino, es decir, un trocito en medio de los trescientos y tantos kilómetros que van desde San Carlos hasta Barinas. Suponiendo que se haya iniciado a mitad del período constitucional (1979-1984), tendríamos alrededor de 28 años al día de hoy.
Así que, de entrada, ya superamos al Coloso de Rodas que se llevó 12 años; nos empezamos a acercar al Faro de Alejandría que tomó 38 años y vamos tras los Jardines Colgantes de Babilonia, 43 años.
La autopista ha sido construida bajo la inspiración de que el usuario no pierda contacto o identidad con la carretera vieja, sus adyacencias y sus motivos de interés (el cochino frito de Ospino, por ejemplo), de modo que la han hecho por pedacitos, pero no pegados uno de los otros, sino uno aquí y otro allá, luego volvemos aquí y otra vez más allá. En total creo que lleva siete trocitos y están por terminar el octavo, con el que completarían el tramo San Carlos – Barinas. Falta saber si luego emprenderán el nada suave trayecto San Carlos Campo de Carabobo, con el cual es posible que igualemos las pirámides de Egipto.
La labor de concreción de todos los datos para hacer la proposición a la correspondiente fundación tiene que ser de técnicos, muy sesuda y detallista, para evitar el rechazo o postergación al reconocimiento de la magna obra. Sugiero empezar por la longitud, orden y duración de los trocitos.