UNA TREGUA PARA UNA ANÈCDOTA
Hace unos cinco o seis años atràs, llego al pueblito con un par de elodias en la cabeza y antes que otra cosa decido ir a casa de mi amigo Alfonsino a "buscarle la lengua".
Alfonsino tienen un pequeño abasto, uno de los pocos que hay, y es tambièn agricultor y tiene un tren de pesca, trabajador el muchacho ¿no?
Hablar con Alfonsino es agradable porque es hombre zamarro, de hablar pausado, de fàcil trato y elocuencia de primera.Es antichavista como nadie.
Despuès del saludo, lo fusilo sin piedad: "Alfonsino, ¿còmo estàn los chavistas por aquì?"
Y el hombre, palabras exactas, con los ojos que le brillaban y marcando con su fuerte voz cada sìlaba, me responde:
! To-da-vìa que-dan por ahì unos cuan-tos por-fiaos !
Alfonsino tienen un pequeño abasto, uno de los pocos que hay, y es tambièn agricultor y tiene un tren de pesca, trabajador el muchacho ¿no?
Hablar con Alfonsino es agradable porque es hombre zamarro, de hablar pausado, de fàcil trato y elocuencia de primera.Es antichavista como nadie.
Despuès del saludo, lo fusilo sin piedad: "Alfonsino, ¿còmo estàn los chavistas por aquì?"
Y el hombre, palabras exactas, con los ojos que le brillaban y marcando con su fuerte voz cada sìlaba, me responde:
! To-da-vìa que-dan por ahì unos cuan-tos por-fiaos !
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