ANÉCDOTAS SOBRE AVISOS (Humor).

Escribir sobre avisos de esos que colocan en cualquier parte y por todo, en verdad, bien podría ser tema de un tratado. Hay bastante gente ingeniosa en ese sentido.
Le cuento a mi joven hija de un aviso que ponían antes en las bodegas, así: Cortaban un coco por la mitad hasta la cáscara y le ponían el rostro de un indio mal encarado. A la otra mitad le dejaban las hebras semejando pelo. Y abajo un letrero que decía: “Aquí se fía cuando este indio se ría”. Le gustó.
A un hermano mío le pareció muy gracioso lo que sucedió con un aviso muy bien hecho que le pusieron a un carro destartalado, cuyo propietario pretendía venderlo. En el mismo vidrio trasero, al lado del aviso, aprovechando que una gruesa capa de sucio permitía escribir con los dedos, alguien le puso “que a que no”.
Unos chinos, obstinados que le preguntaran si vendían estampillas y papel sellado, colocaron una cartulina grande, de color blanco y en letras gruesas, que indicaba: “NO SE VENDE PAPEL SELLADO NI ESTAMPILLAS”. Como que no surtió ningún efecto. A los pocos días, los chinos rellenaron toda la cartulina restante, de la mitad para arriba y con marcador, con todos los “NO” que pudieron colocar y de la mitad para abajo con todos los “NI” posibles.
Otro aviso, que responde a la obstinación por las preguntas que les hacen a los comerciantes en todas partes, pero que previó una posible repregunta, es este: “NO VENDEMOS RESPUESTOS PARA ELECTRODOMÉSTICOS NI TAMPOCO SABEMOS DONDE LOS VENDEN”.
Este último es de las “grandes ligas”. En una zona donde hay muchas oficinas públicas se instala todos los días un “perrocalientero” y vendedor de eso que algunos llaman “asquerositos”. Allí, muchos de esos empleados hacen su desayuno y el almuerzo, eso sí “fiao” hasta los días de cobro de quincena. El día que les pagan no comen allí sino que se van para un sitio cercano mejor, con aire acondicionado y demás comodidades, llamado “El Arepanito”.
El perrocalientero les colocó un cartelito, en verso, que sus comensales o ven de reojo o se hacen los que no lo han visto, pero firme allí, denunciando jocosamente la situación: “Cuando no tienes dinero/ vienes humilladito/ pero cuando lo tienes/ te vas pá “El Arepanito”.