EL MOMENTO QUE VIVIMOS

La situación venezolana en lo político, legal, institucional, social y económico, podría ser inédita en el mundo. Aquí, de seguro, sí lo es, de modo que todos estamos aprendiendo y decidiendo sin referencias.

El gobierno utiliza estrategias utilizadas en otras partes, por lo cual tiene, al menos, un elemento favorable, que le ha permitido sostenerse y avanzar. Sus voceros han sido muy sinceros en los mensajes ideológicos expresados, los cuales, inexplicablemente, han sido ignorados en buena medida.

Parte de la oposiciòn, que me parece responde a un sector etario, ignora lo anterior e insiste en trasladar a estos tiempos las experiencias anteriores a 1999. Es un error costoso hoy día. 

Con anterioridad a 1999, todo cálculo o medición política se hacia uniformemente, es decir, sectores en pugna tenían una misma plataforma desde la cual actuar. Todos corrían paralelamente.

Hoy día no es así. La plataforma del gobierno y la de la oposiciòn son distintas: no tienen el mismo interés final, ni asignan el mismo valor e importancia a los instrumentos, cada quien tiene sus fases intermedias, los valores institucionales son distintos, la idea del adversario es otra.
Eso lo han comprendido recientemente, a plenitud, algunos dirigentes políticos de la oposiciòn y por eso juegan un ajedrez de altura, poco comprendido y hasta duramente atacado. Y lo peor es que la mejor estrategia es no revelar nada al respecto. O usted entiende  y colabora, o no entiende y ahí se queda.

El gobierno no se queda atrás. Creo que abandonaron las herramientas que utilizaron al principio y tratan de ser mas creativos. Sin embargo, por lo menos tres pifias recientes, revelan que han siso cimbreados. Insistirán en innovar. De parte de la oposiciòn, lo de votar en las regionales, más allá de los resultados, ha sido una jugada rumbo a un jaque. Pero incomprendida en buena parte. Si nada de esto se desborda, ganará la inteligencia y la voluntad democrática.