Laconico

    Todas nuestras vidas están compuestas por varios sectores o estados, que constituyen una expresión de nuestros contactos con la realidad, la importancia que les damos, el tiempo que les dedicamos y las conclusiones a las que llegamos, para luego expresarlas o ponerlas a disposición de la sociedad, del todo. Continuamente estamos creando nuevos espacios y dejamos algunos. Entre los que dejamos, hay uno o más a los que nunca pensamos desistir, csi siempre por formar parte de centros esenciales o nucleares de nosotros mismos. A través de la meditación, nos enfocamos más y mejor en estos ejercicios y mejoramos nuestra existencia. A propósito del tema, tuve la sorpresa en mi meditación del domingo 8 de mayo, de sentirme en la necesidad de dejar a un lado un viejo esquema de apreciación un estado de la vida. Lo sentí así en toda su extensión y desde allí he empezado a desmontarlo. No lo necesito ya, creo que me sentiré mejor. Ocupaba mucho espacio y no era útil.

Este breve Evangelio, atribuido a Judas, sí, el mismísimo Judas acusado de traicionar a Jesús, fue hallado en 1978 bastante deteriorado, tanto así que, no obstante la aplicación de las más avanzadas técnicas en la materia, se pierde mucha parte del texto. Prácticamente lo único que puede sacarse de allí es que hubo un acuerdo o concierto entre Jesús y Judas, a fin que este último lo entregara a las autoridades romanas y así pudiera pasar Jesús a cumplir su magnífico destino para la humanidad. Amable lector, baje ese evangelio gratuitamente por internet y haga haga meditación sobre lo leído, de manera tal que pueda usted sumar o aportar algo constructivo para la humanidad. Esta se lo agradecería.