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Mostrando entradas de julio, 2009

El regalo de los malabaristas.

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A riesgo de que me linchen o, cuando menos, que me lancen unas mentaditas de madre, voy contar esto porque sí, porque me nace. En el cruce de dos avenidas de alta circulación, muy cercanas a mi casa, se instalan a diario varios muchachos (a) malabaristas, quienes entre una y otra función descansan bajo una frondosa acacia. Todas las mañanas, cuando salgo a hacer mis ejercicios, veo en el lugar de descanso de los malabaristas, entre unas ocho a diez moneditas que ellos han rechazado, supongo que por considerarlas sin valor alguno. He calculado que con el producto de esas monedas de cada dos días, un conductor puede llenar su tanque de gasolina. También observo que casi todos los propietarios de vehículos echan gasolina con el sencillito que tienen en la consola y que para nada más les sirve. Aquí en este país la gasolina se malbarata pero si la suben un poquito, por mínimo y justo que sea, entonces todos los bichos que han vivido por muchos años sin gobierno que los controle, pretenden

Zelayita (Manny) se quiere robar la goma.

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No sé si Elio Chacón es el único pelotero del mundo o cuando menos el único venezolano que se ha robado el “jon” (la goma) en una serie final de Grandes Ligas. Pero de que lo hizo lo hizo. Tuve la oportunidad de conocer a Elio y conversar con él hace muchos años. Le pregunté cómo fue que hizo esa hazaña beisbolísitica y me dijo, palabras más, palabras menos: “Yo estaba muy nervioso, inquieto, quería anotar a como diese lugar y de pronto con la bola en juego vi que no había nadie en la goma y me largué sin pensarlo mucho y llegué. Fue algo sorpresivo hasta para mí”. Uno no puede hacer esa proeza del béisbol anunciándole al equipo propio, al contrario, a los árbitros y hasta al público, que se va a robar la goma. Zelayita (Manny), al igual que Elio en tan brillante ocasión, está muy nervioso en tercera, pero a diferencia de éste no se abre mucho en camino hacia la goma. Además, el lanzador está super mosca y el fornido quécher tiene bloqueada la base Zelayita quiere anotar por sus propio

La mona Miguelina y Zelaya.

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Miguelina, apodada cariñosamente (menos mal) “la mona” por los habitantes de su zona, fue la inventora de un modo muy original de rechazar y protestar contra las falsas promesas de los políticos. Supongo que cansada de estas últimas, en una ocasión que hubo una campaña electoral y que un candidato les dijo “les vamos a construir sus viviendas”, ella, con sorna y una risita apropiada para la ocasión, se dirigió a sus vecinos repitiendo la promesa pero con puras “i”: “lis vimis i quinstrir sis vivindis”. Desde entonces, la fórmula se divulgó más allá de aquella zona y vino a constituir una práctica más generalizada, la cual, los exégetas no solo limitaron al rechazo de las promesas electorales, sino que las llevaron al seno familiar, básicamente matrimonial, también por lo de las falsas promesas. Más aún, se extendió a quienes juran haber hecho algo y sus interlocutores piensan que es mentira, o a quienes piensan en hacer cosas que lucen imposibles, y situaciones similares.

¡ MANNY ZELEY OUT EN TERCERA BASE ¡

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Los gringos, especialistas en eso de acomodar los nombres y apellidos de los peloteros latinos para que suenen agradables al público norteamericano, le pusieron “Manny Zeley”. Manny ha tenido grandes momentos pero está a punto de ir a la banca. Está en un juego empatado a cero, dos outs, noveno abajo y él se encuentra en tercera base. Busca la cuarta base, llamada en criollo el “jon” , tratando de que el lanzador se descuide y ¡zas! o bien que con cualquier “guail pich” cortico, también anota. Quiere hacerlo él, no quiere que lo remolquen, necesita ser el héroe, puesto que se trata de mantener el puesto en la alineación. Manny da brinquitos para poner nervioso al “picher”, al estilo del grandeliga César Tovar, amagando una y otra vez, abriéndose mucho más allá de lo aconsejable, para lo cual cuenta con la cara de bobo que ponen algunos lanzadores, más que todos los gringos. Goloso, impaciente, con una sonrisita de “yo soy el sabrosón”, ve cuando el “picher” se acomoda para lanzar (esta

Dispositivos matrimoniales de seguridad.

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A mediados de los años sesenta, mi amigo Jacinto salió de su querida Valencia a estudiar Derecho en Caracas, donde también había conseguido un trabajo en los tribunales. Dejaba a su esposa porque ella trabajaba y habían convenido en que ella colaboraría económicamente para que él pudiera estudiar. Apenas se pudiera ella también se iría. Malena, que así se llamaba la señora, era una hermosa mujer y muy familiar. Pero estaba poseída de unos celos extremos, obsesivos y como tal, no estaba dispuesta a permitir que esa forzosa separación pudiera traducirse en algún mal uso de la libertad por parte de Jacinto. Así que, nuestra amiga diseñó un operativo de seguridad, que ya quisieran tener los organismos de inteligencia y prevención, la llamada policía política. Usted podía pararse en el peaje de Valencia a las 8 pm de cada viernes y constatar que ya el vehículo de Jacinto pasaría o estaría a punto de pasar por allí.

La graduación del aparapuchito.

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Debe ser madre orgullosa la que escribió este grafito graduarse no es cualquier cosa y más si es su aparapuchito.

Aviso inédito.

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El distinguido ciudadano propietario de este automóvil debe haber tenido unos cuantos momentos desagradables, a causa del mismo. Me imagino a los transeúntes preguntando si vende el carro y hasta gente que circula por la vía en vehículos y se detiene para preguntarle lo mismo. Los preguntones pensarán más o menos : " este bicho lo deben vender baratón por el estado en que está, le meto unos realitos y tengo un buen carro para usarlo o venderlo" Seguramente el hombre no resistió más el fastidio y optó por colocar el primer aviso de que se tenga conocimiento, en el que alguien expresa no que vende una cosa, sino que "no la vende". Y punto.