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Mostrando entradas de 2014

DEL ELITESCO Y ARROGANTE RECURSO DE CASACIÓN CIVIL.

DEL ELITESCO Y ARROGANTE RECURSO DE CASACIÓN CIVIL. Unos pocos cientos de abogados en la capital de la República y un grupo no muy numeroso en las principales ciudades del país, debe manejar en forma adecuada, al corriente de las “innovaciones” y “nuevas técnicas”, el recurso de casación civil. En los últimos años, por razones laborales, he debido leerme una buena cantidad de recursos en esa materia y los fallos que sobre ellos se producen. En la forma más elemental que se me ocurre, el recurso de casación civil no es otra cosa que llevar al máximo tribunal de la República una denuncia contra una sentencia que no ha aplicado correctamente la ley, indicándose por el recurrente cómo debió aplicarse la misma y cuál habría sido el resultado de haberse hecho esa correcta aplicación. Se persigue, de esa manera, la nulidad del fallo recurrido. En eso, repito, consiste el objetivo del necesitado de justicia en la Casación Civil, a lo que debe agregarse que el texto constitucional y

LATIGAZOS EN LA ORILLA DEL RÍO.

A veces, sentados en la orilla de un río, observamos como pequeños latigazos de agua chocan contra la orilla. Dejamos de seguirlos y al rato volvemos. Repetimos la operación. De pronto, caemos en cuenta que el agua que hace un rato estaba lejana, nos llega a los pies. Así sucede. Me dijo un médico que el organismo humano es tan perfecto que, en ocasiones que se bloquean los vasos sanguíneos, él trata de abrirle el paso a la sangre por otras vías creadas al efecto. Así sucede no solo en eso. Parece como de temerosos o miedosos el callar ante determinadas circunstancias. Y puede ser así. Pero en muchas otras   es   sabiduría que cuesta alcanzar. Bis. En la parte de maldición que se genera en un país petrolero mal administrado, se pierden diariamente cuantiosas riquezas. La más lamentable de estas es la de horas-hombre llenas de sabiduría, inteligencia y bondad sin utilidad alguna. Comprobable. Sucede. Internautas han creado métodos para fustigar la fe. Te piden a cada rato qu

GASES QUE HICIERON HISTORIA

GASES QUE HICIERON HISTORIA. Y no nos referiremos a las bombas lacrimógenas (llamadas erróneamente también “lagrimógenas”) ni al gas mostaza ni pimienta ni nada por el estilo. No, lo hacemos refiriéndonos a aquellos gases más cotidianos y sencillos, aquellos que emergen de nuestros cuerpos. Hay que estar en las “grandes ligas” para poder hablar de ellos sin que te lo reprochen o para que la prensa se atreva a publicar algo sobre los mismos. En dos ocasiones trate de meterlos en la prensa en forma de cuentos y fueron rechazados. Que no es lo mismo que sucedió con Gabriel García Márquez, quien desparramó uno por todo Macondo en la persona de José Arcadio Buendía,   causando estragos hasta en las flores. Un conocido escritor criollo también le dio duro al tema y fue visto como una gracia. Tratare de hacerlo, humildemente, honrando la verdad, corriendo el riesgo de ser execrado por tal atrevimiento. Por allá por los años sesenta mi primo hermano y tocayo Vicente Amengual C

LA CONDENA DE LA PROVIDENCIA

La Providencia, en realidad, no nos ha condenado. Por el contrario, de no ser por ella, seguro nuestra situación fuese aún peor. Y es posible que si somos tenaces, nos abra la luz en poco tiempo. Fue el Libertador quien lo dijo, seguramente sin  hacerlo a conciencia, aquello de señalar a la Providencia como responsable de algunos de nuestros males. A conciencia, tal vez en momentos más serenos, expresó que nos habían dominado más por la ignorancia que por la fuerza. No se imaginaba el gran hombre que apenas unos pocos años después de su muerte, surgiría en este pueblo una condena inimaginable:  chorros de pétroleo, convertidos en chorros de dinero, en manos por más de una centuria en chorros de choros que lo han dilapidado en buena parte.(algunos hombres de bien nos han salvado de una catástrofe). Los ejemplos pueden abarcar unos cuantos tomos de la historia nacional del desmadre , pero como emblema podríamos usar el libro de Crisálida Dupuy, elaborado para la Contraloría General d

EL DERECHO DE LAS COLAS

Las colas en este país son una vaina digna de estudios de diversa índole, sociológicos o psiquiátricos, por ejemplo. He observado muchas. La de los cajeros tienen múltiples facetas, pero pongamos solo una. Usted se mete en la cola y queda de cuarto. "Estoy aliviao" piensa- "en cuestión de 5 minutos estoy listo", agrega. Pero resulta que el tercero de la cola, cuando llega su turno, saca un ramillete de cinco tarjetas (la vecina, la cuñada, el esposo (a), la mamá y la comadre). Por cada tarjeta consulta primero el saldo y luego hace la operación, y luego consulta lo que le quedó de saldo en cada tarjeta. Y después cuenta los billetes que corresponden a cada tarjeta. Cuando se trata de un servicio público o privado, la cosa es gruesa. Usted se levantó bien temprano y con solo un cafecito se dispara, por ejemplo, para sacar la cédula, llegó a las 5.30, !que papita", dice para adentro, estoy de tercero. Etá bien pelao si cree que es así. El primero o el segundo,

LA CONFRONTACIÓN ES TOTAL. (análisis)

Aunque se ha dicho bastante, no se entiende o no se cree lo que explicaremos. Por eso es poca la importancia que se le da. Y de esa importancia depende lo que se puede hacer. Hay dos sectores: uno cohesionado a través de unas ideas y un liderazgo. El otro es todo lo que no es aquel. La precaria cohesión de este último gira alrededor de la necesidad de desplazar absolutamente al otro sector. ¿Por qué es así? Los voceros y las políticas del sector gubernamental lo hacen ver muy claro. Este es un proyecto exclusivo y excluyente. No admite convivencia con el otro, bajo ninguna forma. La también precaria coexistencia estriba en que la llegada al poder se hizo bajo las normas del sector llamado opositor. Por eso subsiste. El sector opositor pretende también el poder y desplazar al gubernamental, pero puede coexistir con los integrantes del otro grupo, inclusive permitiéndoles su asociación y triunfos electorales, aun en la dirección del país, pero volviendo siempre al cauce de

EL SÍNDROME DE GIOVANNI.

No le había dado mucha importancia a esta conducta, hasta que le encontré cierta aplicación analógica. Giovanni es un familiar muy cercano que, al igual que yo, vive en la zona aledaña al campus Maracay de la Universidad Central de Venezuela (no se le ocurra decirle “núcleo” como antes, hoy eso es considerado herejía). Giovanni, por razones que competen seguramente a una rama de la medicina, detesta los restaurantes, las pizzerías, cafeterías, mercados, en fin, cualquier negocio de la zona donde vive (poco le falta para llegar hasta los periódicos). “No sirven para un carajo”, alega con frecuencia. En su lugar, Giovanni considera que en todos esos ramos lo mejor queda en la zona de la intercomunal Maracay-Turmero, al polo opuesto de la ciudad y comprar por esos lados es su ideal. Esa es una versión más moderna de aquello que decían antes de “cortar la grama con una tijerita” Pero esa conducta no está muy lejos de aquellos políticos o ciudadanos que todo lo resuelven con un

EL DOMINIO DE LA MENTE ES EL DOMINIO DE LA VIDA.

 Me encuentro al azar con un proverbio o algo por el estilo, que reza: " Quien domina la mente, domina la vida". Es como si me hubieran brindado la posibilidad de resumir en una corta expresión, el fruto de largas meditaciones durante la vida. Sería imposible describir en este breve espacio, las tantísimas reflexiones, desde menudas a grandes, que te llevan a aceptar, a adoptar esta frase como un símbolo de la verdad. Lo coloco en twitter y un amigo, Gustavo López,  me responde que esa " dominación individual de la mente podrá llevar al desarrollo económico social, pero nunca a un avance en la escala humana". Entiendo que es mi torpeza EL querer llevar una idea como esa a un mensaje de 140 caracterees, lo que genera el rechazo de Gustavo, por eso decido explicarlo pr este medio, un poco más amplio. Creo que cuando el ser humano logra abstraerse, individualmente, de todas las circunstancias y dominancias perturbadoras de la vida cotidiana, y se aferra la necesidad de