EL ADN DEL DEPORTE.
Llevo en todo mi ser, en mi alma, el ADN del deporte. Lo practico desde siempre y hasta el día hoy. No descansaré jamás. Admiro los grandes deportistas de todos os tiempos, que los hay por centenares, bajo estas cuatro condiciones: a) La honestidad deportiva, que es dar todo lo que se puede; b) vergüenza deportiva, que es estar incólume en la derrota y en el triunfo y c) Lo máximo, que es tener serenidad y actuar apropiadamente en situaciones difíciles del alta competencia, jugando bajo presión. Veo detalladamente lo que hacen los grandes atletas dentro y fuera de la cancha, entrevistas, y hasta el más mínimo gesto en plena acción (mientras calientan, en la competencia, después de ellas) No digo, porque eso es mezquino, quiénes me parecen los mejores que he visto; solo expreso que de haber sido yo un gran atleta, me hubiera gustado ser como Andrea Pirlo, Cassius Clay, Diego Armando Maradona, David Concepción (un maestro en las virtudes antes acotadas) y el más grande y genial deportis