ESE BARRANCO QUE ES EL CIGARRILLO
Una vez atrapado en esa red del cigarrillo, es difícil salirse de ella. El cigarrillo pega con licor, con café, hasta con refrescos, buenas comidas, música, etc. Pero es una trampa. Nos arruina como nada el organismo. Hoy día es, además, un vicio caro. Hay que dejarlo. ¿cómo? Prepararse para el día en que tenemos pensado dejarlo y analizar todas las consecuencias que nos traerá. La abstinencia del vicio nos cobra caro: malestar, hasta un estado febril, somnolencia, reclamos de la dependencia, etc. El ejercicio consiste en que la voluntad debe ser superior y que los innumerables aspectos positivos superan a los negativos. Verse ya sin el vicio alimenta la autoestima y la fuerza. Luegos nos lanzamos. Para muchos significa incluso poder volver a trotar, ejercitarse, etc. Y oler bien también es un motivo: por regla general los fumadores huelen rancios. Y láncese. Deje ese vicio.