Lo que oigo de cómo sacar a Chávez del poder.




A medida que va creciendo la crispación social y la confrontación política, oigo de algunos adversarios del gobierno los deseos e ideas cada vez más duros, radicales, totales, para sacar al presidente Chávez del poder. Y, por supuesto, en cada opinión o idea subyace la decisión de dejarle esa obra a un tercero o terceros que inventen o hagan algo en ese sentido, incluyendo acciones extremas.
La fórmula para sacar a Chávez del poder, si es que acaso eso pudiese ser un fin en sí mismo, él mismo contribuyó a diseñarla y no es otra cosa que la mismísima Constitución de 1999.
Quienes oyen ese argumento, hacen réplica con el alegato que ya se han cansado de invocar y pedir la aplicación de la Constitución sin éxito alguno, que el gobierno la viola a su antojo y que no hay poder que pueda equilibrar la situación.
Yo creo que buena parte de la ciudadanía no quiere entender que la lucha no es esencialmente contra el presidente Chávez, ni contra el gobierno, objetando todo lo que diga y haga. De lo que se trata, primero que nada y que todo, es de invocar la Constitución cada vez que sea necesario. Pedir que se aplique ante cualquier autoridad civil o judicial. Regar por todo el país y en cualquier espacio y momento, debidamente asesorados y con congruencia, las denuncias de su violación, las peticiones y las solicitudes de amparo constitucional, protestas, defensas, señalamientos, etc.
Aparte de tratar de conseguir su fin específico, las acciones de este tipo tienen un profundo sentido pedagógico para esa gran parte de la ciudadanía que desconoce o conoce muy poco de esas vías.
Esto me hace recordar el juego aquel que a uno le hacían en primaria, cuando le preguntaban qué pesaba más un kilo de plomo o un kilo de papel. Muchos, por andar a la ligera, respondíamos que, obviamente, el kilo de plomo pesaba más. Y el otro respondía: “tonto, un kilo de plomo y un kilo de papel pesan lo mismo”.
Y es que como toda regla tiene su excepción, en un país democrático, un kilo de papel que recoja denuncias, protestas, marchas, demandas, reclamos, etc., pesa más, un rato largo más, que un kilo de plomo. Pero eso sí, no sea cómodo, móntese su kilo de papel en el lomo y no busque echárselo encima a otro.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy buena reflexión, aunque el estado de la gente es una evolución natural de los abusos de los que son blanco.
En esa situación, los excesos son comunes y por ello se dicen las cosas que se dicen.

Saludos
PLPLE

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