LA TORTA DE ANTONIO.
Apenas empezó el año 2012 y ya Antonio Martínez y su amor comenzaron a hacer la torta navideña de diciembre. Doce meses para hacerla. Vertieron en un gran frasco de vidrio nueces, pasas y licores de la mejor calidad para que tuvieran casi un año de maceración. La torta proyectada crecía con la misma intensidad del posible amor. Pero quien no sabe de amor o no quiere o no puede crearlo, tampoco puede hacer buenas tortas. Van de la misma mano. Y ahora la torta se va muriendo en el frasco, como si acaso no hubiese navidad para hacerla.
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