LA VIEJITA CAGARRUTA
Una simetría era la de una viejita que pasaba todos los días a la misma hora, por una cancha en el Prado de María donde los muchachos jugaban béisbol; al verla pasar le gritaban “ ¡cagarruta, cagarruta! Y la doña se molestaba y les decía cuanto improperio se le ocurría. Un día los muchachos jugaban y al parecer el partido estaba tan bueno que no la vieron o la vieron y no le dijeron nada. Entonces ella les gritó: ! Díganme cagarruta pá que vean, cuerda de sinvergüenzas!
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