SOCIOLOGÍA DESDE LA TRIVIALIDAD
El estacionamiento de entrada a la UCV Maracay es, los fines de semana entre 8 pm y hasta el amanecer, un inmenso bebedero de aguardiente a cielo abierto. Allí se instalan docena o docena y medio de carros, full caña, comida, reproductores y la pasan a lo grande.
Un extraño ritual precede la partida y es que sopotocientas botellas de cualquier bebida, desde pecho cuadrado hasta las espumosas, son transformadas en picadillo y allí lo dejan junto con toda la basura, bolsas de plástico, etc. Unos pocos optan por dejar las botellas paraditas y apretujadas.
Después de haber visto semejante espectáculo muchas veces, decido hablar con un vigilante y preguntarle porque no han llamado a la policía. Me dicen que los han llamado, pero cuando los bonchones los ven, pasan "raqueta" entre ellos y hacen una "vaca" que aleja a los tombos.
Al día siguiente, sábado o domingo, el estacionamiento se llena hasta los teque teques de padres aspirantes a tener un futuro Messi en la familia (billetes, "dóllares mi amor", como decía aquel finado rochelero, nada que ver con atletas). Y ¿ ustedes creen que alguno de estos señores se toma la molestia de recoger las botellitas ? Nada. Las driblan y más nada.
Así estamos.
Un extraño ritual precede la partida y es que sopotocientas botellas de cualquier bebida, desde pecho cuadrado hasta las espumosas, son transformadas en picadillo y allí lo dejan junto con toda la basura, bolsas de plástico, etc. Unos pocos optan por dejar las botellas paraditas y apretujadas.
Después de haber visto semejante espectáculo muchas veces, decido hablar con un vigilante y preguntarle porque no han llamado a la policía. Me dicen que los han llamado, pero cuando los bonchones los ven, pasan "raqueta" entre ellos y hacen una "vaca" que aleja a los tombos.
Al día siguiente, sábado o domingo, el estacionamiento se llena hasta los teque teques de padres aspirantes a tener un futuro Messi en la familia (billetes, "dóllares mi amor", como decía aquel finado rochelero, nada que ver con atletas). Y ¿ ustedes creen que alguno de estos señores se toma la molestia de recoger las botellitas ? Nada. Las driblan y más nada.
Así estamos.
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