DE LA TRASHUMANCIA
Amo apasionadamente
las avenidas cinceladas por el amor y el tiempo;
las amo desde el silencio
que es la forma de tejer hombres y árboles,
música y colores,
dibujar la heredad de los años
y premiar la trashumancia.
Así, cientos de veces,
infinitamente diría,
he recorrido
la avenida Las Delicias de Maracay,
Páez del Paraíso en Caracas,
Glorias Patrias a Ejido en Mérida,
mis tres reinas
de las cientos que adornan mi tierra.
Por ellas y por todas paso
y pasaré
a constatar la fortaleza de los recuerdos
y regar, seguir regando, los sueños.
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