APAGUÈ LA LUZ Y ESTOY TRANCANDO LA PUERTA.
Que los integrantes de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia decidan impedir que se pueda revocar la designaciòn de jueces de las Salas , por parte de quien los nombrò, es una aberraciòn que no permite explicaciones y darlas es caer en el juego de quienes atentan contra la legalidad.
Para irnos entendiendo, es como si la Asamblea Nacional aprobase una ley que sometiese la eficacia de una sentencia del TSJ a la revisiòn de una instancia parlamentaria. Asì andamos.
Que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia - algunos de cuyos integrantes son precisamente quienes fueron escogidos ilegalmente - decidan que la Asamblea Nacional no puede revocarles su designaciòn (que es manifiestamente ilegal), es tanto como que el Director del CICPC ordene cerrar una investigaciòn de un delito en el que èl està involucrado. Jueces y partes. Cosas veredes.
No importa que no la hayan firmado los designados espurios, puesto que en todo caso el deber de un magistrado es negarse a violar la Ley o a tolerarlo. Inclusive, màs allà de todo, debe denunciar esa situaciòn, dado que es un cuerpo colegiado.
Por todo ello, en lo que a mì respecta, doy por concluido toda opiniòn, debate o participaciòn en esta situaciòn en la que ya el Estado de Derecho ha desaparecido.
Siempre se violarà la Constituciòn.
Cerrando ya la puerta, me limito a concluir que hoy 3 de febrero, despuès de haberse declarado por la Asamblea Nacional que es inexistente la sentencia de marras (fundado ello en que no fue firmada en la forma legalmente correcta), debiò procederse inmediatamente a revocar la designaciòn ilegal de magistrados del TSJ que se hiciera en diciembre. Hasta esta hora no lo han hecho y no sigo en eso. Lo debieron haber hecho hace varios dìas. No pueden seguir aplazàndolo.
Salvo que haya una profunda y buena razòn polìtica, pero ya esto no es de mi incumbencia, pues pienso como abogado y como juez que fui en esta materia.
Para irnos entendiendo, es como si la Asamblea Nacional aprobase una ley que sometiese la eficacia de una sentencia del TSJ a la revisiòn de una instancia parlamentaria. Asì andamos.
Que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia - algunos de cuyos integrantes son precisamente quienes fueron escogidos ilegalmente - decidan que la Asamblea Nacional no puede revocarles su designaciòn (que es manifiestamente ilegal), es tanto como que el Director del CICPC ordene cerrar una investigaciòn de un delito en el que èl està involucrado. Jueces y partes. Cosas veredes.
No importa que no la hayan firmado los designados espurios, puesto que en todo caso el deber de un magistrado es negarse a violar la Ley o a tolerarlo. Inclusive, màs allà de todo, debe denunciar esa situaciòn, dado que es un cuerpo colegiado.
Por todo ello, en lo que a mì respecta, doy por concluido toda opiniòn, debate o participaciòn en esta situaciòn en la que ya el Estado de Derecho ha desaparecido.
Siempre se violarà la Constituciòn.
Cerrando ya la puerta, me limito a concluir que hoy 3 de febrero, despuès de haberse declarado por la Asamblea Nacional que es inexistente la sentencia de marras (fundado ello en que no fue firmada en la forma legalmente correcta), debiò procederse inmediatamente a revocar la designaciòn ilegal de magistrados del TSJ que se hiciera en diciembre. Hasta esta hora no lo han hecho y no sigo en eso. Lo debieron haber hecho hace varios dìas. No pueden seguir aplazàndolo.
Salvo que haya una profunda y buena razòn polìtica, pero ya esto no es de mi incumbencia, pues pienso como abogado y como juez que fui en esta materia.
Comentarios