EL DEDO EN LA LLAGA. HIRAM GAVIRIA Y MI TÍO LUIS

EL DEDO EN LA LLAGA

HIRAM GAVIRIA Y MI TÍO LUIS.

Cuenta mi tío Luis, tío pobre de dinero pero con una inteligencia excepcional, que cuando era joven y había fiestas familiares, siempre iba otro primo hermano que era rico, a quien gustaba hacer gracejerías (esta palabra no aparece en la RAE y es muy usada en algunas partes, significa payasadas)

El primo hacía cualquier pendejada y le parecía a sus familiares y amigos algo muy bueno, como por ejemplo amarrarse una almohada en el trasero (en la chuta, como decimos en Yaracuy). Y mi tío Luis alega que si hubiese sido él quien hiciese lo descrito, no faltaría quien dijera "a hombre pa ridículo y tonto".

Más o menos lo mismo, sucedió en estos días cuando dije que la exageración en los precios de alimentos y medicinas, si bien es cierto que era fundamentalmente culpa del gobierno, no lo era menos que sobre ello se montaba una ola especulativa de algunos (léase bien "algunos") comerciantes. Me cayeron encima y hasta pretendieron (léase bien "pretendieron") insultarme y ofenderme.

Pero resulta que en el generalmente aburrido programa de "Vladimir a la 1" de ayer martes 16, entrevistaron a Hiram Gaviria, quien con gran dominio de cifras por muchos años y en todos los rubros alimenticios, demostró con absoluta claridad que, en efecto, aparte de la enorme irresponsabilidad del gobierno en el manejo del asunto económico, es también cierto que una cantidad de alimañas (calificativo mío, no del pastor Hiram), mal llamados comerciantes, aprovechan la situación para poner sobreprecios gigantescos. Y no se quedó ahí, puesto que afirmó que en la cadena alimenticia, hay muchas personas montadas en el bachaqueo, que son quienes contribuyen más al alza desmedida de los precios.

Hiram, como el primo rico, fue muy aplaudido por su certero análisis y yo, como el tío pobre, me quedé con mis carajazos