La mona Miguelina y Zelaya.




Miguelina, apodada cariñosamente (menos mal) “la mona” por los habitantes de su zona, fue la inventora de un modo muy original de rechazar y protestar contra las falsas promesas de los políticos. Supongo que cansada de estas últimas, en una ocasión que hubo una campaña electoral y que un candidato les dijo “les vamos a construir sus viviendas”, ella, con sorna y una risita apropiada para la ocasión, se dirigió a sus vecinos repitiendo la promesa pero con puras “i”: “lis vimis i quinstrir sis vivindis”.
Desde entonces, la fórmula se divulgó más allá de aquella zona y vino a constituir una práctica más generalizada, la cual, los exégetas no solo limitaron al rechazo de las promesas electorales, sino que las llevaron al seno familiar, básicamente matrimonial, también por lo de las falsas promesas. Más aún, se extendió a quienes juran haber hecho algo y sus interlocutores piensan que es mentira, o a quienes piensan en hacer cosas que lucen imposibles, y situaciones similares.
Zelaya me hizo recordar las vainas de la mona Miguelina. Zelaya es un terciazo ¿quién lo puede negar? Si no fuese tan alto y tuviese la voz un poco menos fuerte, de seguro todos lo llamarían “Zelayita”.
Zelayita es un tipo del carajo, simpático como el que más. Por más cara seria que pone en todo esto que le está pasando, se le nota lo jodedor.
Me lo imagino en las fiestas familiares repartiendo los regalos, en aquel estilo de quien llama al beneficiario y esconde el obsequio con ambas manos en la espalda, para luego dárselo solemnemente. Seguro que es el que promueve el “trencito”. Y cuenta chistes y se lanza trocitos de “El Rey”.
Alguien me agregó que se daba un “aire” con el Profesor Girafales, aunque se me parece más al personaje que le quita las chiripiorcas al...al.. bueno, al chavo, aunque en este caso de Zelayita las chiripiorcas le dan como que es a él)
Pero decía que Zelayita me hizo recordar a Miguelina y veo a ésta presenciando el diálogo para resolver lo de Honduras. Una vez realizado el acuerdo básico, Zelayita pregunta, así como con cara de “yo no fui”: ¿ En el acuerdo está incluido que pueda meter en las elecciones la “cuarta urna”?
Y Miguelina, actuando como quedó dicho, contesta vivazmente (no en tono insulso, obvio es) antes que Insulza:
“ Li quirti irni”.

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