Crónicas de Abogados. (El abogado que receta)


Les recuerdo a todos que toda anécdota publicada en este espacio se refiere a un hecho directamente percibido por mi o de alguien que la presenció y me la contó. Son auténticas, pues. Y creo que eso resalta el valor de las mismas.En cierta ocasión conversaban dos abogados; repentinamente, uno de ellos, a quien llamaremos Abel, conocido por su frialdad y dureza con los adversarios en los asuntos que manejaba y con sus mismos clientes a la hora de cobrarles, sintió un dolor en el pecho.Su amigo no se alteró y, al contrario, le decía "tranquilo, tu estás sano, no tienes nada..." Pero Abel se empeñó en que su amigo lo acompañara a la emergencia de una clínica. En el camino, el amigo le repetía una y otra vez que se tranquilizara, que él no tenía nada.Entraron a la emergencia, el médico de guardia examinó a Abel y al ratico salió como si nada, tranquilo y le dijo a su amigo:"Coño, vale, de verdad no tengo nada, fue una molestia, pero ¿ como tú estabas tan seguro que yo no tenía nada en el corazón ?Y el amigo sonriente, le respondió: " !Cómo vas a tener tú algo en el corazón, si es que tú no tienes corazón para nada ¡."

Comentarios

Entradas populares de este blog

COÑO DE TU MADRE

Muebles exóticos de Aragua.

Antigua Tabacalera Nacional, Maracay.