EXPRESO MI INDIGNACION A VIVA VOZ.
Sería hipócrita si negara que desde joven me ha animado la idea de que algún gobierno debía expropiar los las tierras ociosas que podían ser utilizadas por otros, así como los excesos convertidos en latifundios. Esas tierras eran "engordadas" para luego ser revendidas, la mayoría de ellas propiedad de la nación. En mi breve vida de cultivador de melón y maíz pude observar y conocer que los productores son víctimas de los arrendadores de esas tierras, lo cual incide en el costo del producto.
Como viajero por toda Venezuela de cientos de veces, me indignó ver cómo bellezas naturales no podían ser disfrutadas por los venezolanos, puesto que los "dueños" de las haciendas impedían el paso. Siempre recuerdo una cascada que está más o menos unos cincuenta metros de la carreteravieja llegando a Acarigua.
Indignación mayor me causa la tropelía que le han venido haciendo a mi primo hermano Rolando Sosa Pulgar y su esposa Jeannette Montoya, dueños de un pequeño fundo ganadero llamado "San Luis" en el Estado Guárico, Calabozo, forjado con sacrificio, constancia y entrega, que no tiene nada de latifundio ni nada por el estilo. ! Que clase de vejámenes, humillaciones y afrentas han tenido que soportar, sin ser oídos.
Yo le digo a toda la gente laboriosa y honrada de este país, y es más, se lo digo a mi apreciado primo Roberto Hernández, quien llegó a ser primer vicepresidente de la Asamblea Nacional y Ministro del Trabajo de este gobierno, hombre honrado a toda prueba, si él hubiera permitido que nuestros familiares campesinos Nicomedes, Orlando, o profesionales del agro como Oswaldo, y tantos otros de nuestra querida Yaracuy, hubiesen sido despojado de sus pocas cosas, conseguidas con tesón, paciencia y muchas veces con limitaciones.
Estas cosas no se pueden permitir. Nada tienen que ver con ideologías. Es con lo más natural de la vida. Es con el derecho a vvirla en paz.
Como viajero por toda Venezuela de cientos de veces, me indignó ver cómo bellezas naturales no podían ser disfrutadas por los venezolanos, puesto que los "dueños" de las haciendas impedían el paso. Siempre recuerdo una cascada que está más o menos unos cincuenta metros de la carreteravieja llegando a Acarigua.
Indignación mayor me causa la tropelía que le han venido haciendo a mi primo hermano Rolando Sosa Pulgar y su esposa Jeannette Montoya, dueños de un pequeño fundo ganadero llamado "San Luis" en el Estado Guárico, Calabozo, forjado con sacrificio, constancia y entrega, que no tiene nada de latifundio ni nada por el estilo. ! Que clase de vejámenes, humillaciones y afrentas han tenido que soportar, sin ser oídos.
Yo le digo a toda la gente laboriosa y honrada de este país, y es más, se lo digo a mi apreciado primo Roberto Hernández, quien llegó a ser primer vicepresidente de la Asamblea Nacional y Ministro del Trabajo de este gobierno, hombre honrado a toda prueba, si él hubiera permitido que nuestros familiares campesinos Nicomedes, Orlando, o profesionales del agro como Oswaldo, y tantos otros de nuestra querida Yaracuy, hubiesen sido despojado de sus pocas cosas, conseguidas con tesón, paciencia y muchas veces con limitaciones.
Estas cosas no se pueden permitir. Nada tienen que ver con ideologías. Es con lo más natural de la vida. Es con el derecho a vvirla en paz.
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