Mal Andrew y su fiesta de quince años.
No era propiamente su fiesta. Era la de su hija que ya se acercaba a los quince años.
Mal Andrew vive - exactamento eso, vive - de sus sentidos de la vista, la audición y el habla, pero no es ni oftalmólogo ni otorrino, nada que ver. Vive de lo que ve y de lo que oye, lo que luego comenta en el sitio apropiado. ¿ya nos entendimos ?.
Si fuese el caso, creo que no vacilaría en usar también el tacto, pero ya esto es otro tema. Curiosamente, los que practican bien ese oficio son conocidos, precisamente, por el único sentido que no he nombrado: el olfato. "Fulano tiene un olfato del carajo " suele decirse.
Pero, al grano. Embriagado por el crecimiento de sus cuentas bancarias, sobre todo en épocas de elecciones, Mal Andrew planeó una fiesta hollywodense para su hija casi quinceañera: una finca en el llano, dos mautes, dos conjuntos y no sé cuantas cosas más.Pasados un par de meses, no sé que pasaría, le quitó un conjunto al gran sarao, pero ! vaya ! todavía quedaba bastante.
Para no hacer el cuento tan largo (recordar el título de este blog), ocurrió que Andrew le quitó un maute al festín, luego el otro conjunto que cambió por miniteca, luego el otro maute que cambió por pasapalos, luego trasladó el bochinche del llano a un salón de fiestas, luego al salón del condominio y luego ...
Al final, !que joder!, a la carajita le picaron una torta y de paso ! no lo invitaron !
Mal Andrew vive - exactamento eso, vive - de sus sentidos de la vista, la audición y el habla, pero no es ni oftalmólogo ni otorrino, nada que ver. Vive de lo que ve y de lo que oye, lo que luego comenta en el sitio apropiado. ¿ya nos entendimos ?.
Si fuese el caso, creo que no vacilaría en usar también el tacto, pero ya esto es otro tema. Curiosamente, los que practican bien ese oficio son conocidos, precisamente, por el único sentido que no he nombrado: el olfato. "Fulano tiene un olfato del carajo " suele decirse.
Pero, al grano. Embriagado por el crecimiento de sus cuentas bancarias, sobre todo en épocas de elecciones, Mal Andrew planeó una fiesta hollywodense para su hija casi quinceañera: una finca en el llano, dos mautes, dos conjuntos y no sé cuantas cosas más.Pasados un par de meses, no sé que pasaría, le quitó un conjunto al gran sarao, pero ! vaya ! todavía quedaba bastante.
Para no hacer el cuento tan largo (recordar el título de este blog), ocurrió que Andrew le quitó un maute al festín, luego el otro conjunto que cambió por miniteca, luego el otro maute que cambió por pasapalos, luego trasladó el bochinche del llano a un salón de fiestas, luego al salón del condominio y luego ...
Al final, !que joder!, a la carajita le picaron una torta y de paso ! no lo invitaron !
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