DESPIDIENDO A LA NEGRA NAVARRO.
Este miércoles 03 de
junio de 2015, murió en esta ciudad de Maracay una maravillosa mujer
Villacurana, la señora Encarnación Arocha de Navarro, “La Negra”.
Desde hace algún
tiempo sabíamos de la inminencia de su muerte, pero ella batalló y contra todo
pronóstico logró aplazarla en varias ocasiones. Tenía 96 años y delicada salud.
Siempre pensé que
cuando ello sucediese tenía que honrar la memoria de ese extraordinario ser
humano, escribiendo una prolija nota sobre su presencia en esta vida. Pero el
padre Néstor Pérez, en un rezo durante su velorio, se apropió de la mejor y más
significativa idea para definirla.
Ella fue un ser que
vivió en una paz extraordinaria y eso transmitió siempre. Para tener y dar una
paz de esa entidad, se requiere haber adquirido una gran serenidad en la vida,
un profundo sentido de la indulgencia, un corazón generoso, una voluntad
indoblegable contra la adversidad y una generosidad ilimitada. Vale apuntar aquella magnífica sonrisa que la
adornaba.
(La Sra. Navarro, al extremo izquierdo con Carmen, mi hija María Fernanda y yo, en la ciudad de México, 1982)
Quizás para no
quedarme sin añadir algo al preciso señalamiento del Padre Néstor, debo decir
que la señora Navarro dedicó muchos años de su vida a la lucha contra la
malaria y su erradicación, trabajando en la Dirección de Malariología al lado
de sanitaristas eminentes, con el Dr. Gabaldón a la cabeza. Me refiero a las primeras décadas del siglo pasado. Era jubilada de esa
función pública. Así pues, los venezolanos de todos los tiempos tenemos esa
deuda con ella.
Quiero despedirla con
palabras llanas y con el respeto que me inspiraba: “Adiós Negra”.
( En el aeropuerto de Valencia, creo que en 2006, mis hijas, Carmen, mi pequeño nieto y la Sra Navarro conmigo)
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