¿ES SUFICIENTE LA PALABRA DE FRANCISCO?
Frente a las evidencias de nuestra
entrega anterior, surge la esperanza del Papa Francisco, de la Iglesia o
Iglesias, de los hombres de buena voluntad diseminados por todo el mundo. En
definitiva, de quienes hacen este precario equilibrio.
Pero esto no puede ser un equilibrio
precario. En la hipótesis de la vida, el bien tiene que superar al mal, por un
margen mayor al actual.
Los Estados racionales, los ejércitos,
los empresarios que desconocen su rol en ese objetivo, la opinión mundial, los
medios de comunicación social, los trabajadores, los profesionales
universitarios, las universidades, etc. inexorablemente dejarán de ser solo
pregoneros o transmisores de buena voluntad y acometerán una tarea en el campo
físico, en las decisiones de los organismos multinacionales o en cualquier otra
forma que diseñen, para caminar sin vacilaciones hacia la salvación de la
humanidad.
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