EL EFECTO PENSAMIENTO
A mediados del mes de abril de 2018
comencé a sentir una de las molestias
características del desplazamiento de un cálculo renal por mis vías urinarias.
He estado acostumbrado a eso desde el año 1983, cuando por vez primera y pocos
días después de llegar de México, tuve la primera de esas molestias.
Cada cierto tiempo, uno o varios
cálculos renales me han molestado desde entonces, casi siempre sin excesivo
dolor hasta su expulsión.
Cuando tengo los primeros síntomas de
una nueva molestia, empiezo a tomar precauciones (físicas, medicinales,
financieras, etc.) para hacerle frente a la situación.
En la reciente de 2018 tenía planeado
un viaje desde mi ciudad (Maracay) 100 kms. al oeste de Caracas , hasta
Higuerote (unos 100 Kms. al este de Caracas, todo en la parte norte de
Venezuela, en paralelo a la costa norte del país.
La molestia se fue acrecentando, sin
tener dolor alguno, en los dos días
precedentes al viaje y empezó a hacerse más grave en la mañana del mismo.
Pensé si debía continuar con mis
pequeñas vacaciones o desistir. Opté por la primera, me llevé algunas medicinas
para facilitar la expulsión del cálculo y para un eventual dolor.
Tomaba mucha agua para aumentar las
ganas de orinar y al momento de cada micción sentía cada vez – con enorme
frustración – como el líquido lograba mover el cálculo pero sin desplazarlo de
donde estaba alojado.
Justo al momento de entrar a
Higuerote, otra vez con ganas de orinar, justo en una gasolinera a la entrada
del pueblo costero tuve el presentimiento de que esa sería la esperada ocasión
y así fue.
Lamentablemente, tuve que tomar el
cálculo de un baño público y lo he guardado celosamente. ¿Por qué?
Ha llamado mi atención y mi curiosidad
por su estructura, en nada similar a tantas otras que he expulsado. Y es el más
grande de toda mi vida.
Afortunadamente, dispongo de una foto de un
cálculo anterior algo grande y se puede comparar con este otro.
Es inimaginable cómo aquella pieza no
haya causado mayor los cálculos anteriores a este, incluyendo el que he
fotografiado antes de este último, ponen de manifiesto en sus orillas o borde
las “hojillas” que tienen. Como esa parte del cálculo es más fina que la del
resto, entonces las “hojillas” son más claras. Esas “hojillas” son las que
cortan, causan dolor y producen sangramiento cuando se atascan o tienen cierto
volumen.
El último cálculo, el de mayo de 2018,
es asombroso. Lo he revisado una y otra vez, lo he ampliado con el ordenador y
se puede notar perfectamente que las orillas o bordes han sido limados, como si
acaso se tratase de que su paso por las vías urinarias, no obstante su tamaño,
se hiciese sin dolor ni una molestia exagerada
¿Qué circunstancia media entre el
penúltimo y el último cálculo?
Esto es lo mejor.
El cálculo anterior debe ser más o
menos de 2007. No lo conservo. Solo la impresionante foto. El nuevo, como ya
dije, es de 2018.
En el año 2015 estuve unos días con
una depresión moderada y gracias a Dios (de verdad, gracias a él) se me atravesó
en el camino una terapeuta cognitiva, quien logró hacerme sentir bien. Pero
desde esa oportunidad hasta ahora, acudo todos los lunes a una terapia de grupo
en la que hemos aprendido muchas técnicas de sanación a través del pensamiento.
Y entonces comencé a experimentar con
los riñones, pues no tengo una afección de importancia (tampoco la de los
riñones lo es, pero molesta a veces) en mi organismo de casi 72 años (edad
alcanzada quizás al hecho, entre varios, de tener toda la vida haciendo ejercicios,
de modo que no puedo decir cuando comencé, valdría decir “desde que nací”,
incluyendo el intenso del fútbol o el trote).
Tampoco había leído hasta el día de
expulsión del último cálculo renal el libro “Noética”, solo guiado por las
terapias de curación con el pensamiento.
Y fue precisamente en ese viaje en que
lo expulsé que mi hermano y yo hablamos de la sanación con el pensamiento y me
recomendó ese libro que acabo de terminar de leer a las 3.30 pm del día 24 de
julio de 2018.
Y es que al leerlo he comprobado que
seguí con alguna fidelidad las técnicas de intención que allí se describen.
Particularmente, me enfocaba en
concentrar la intención en fracturar los cálculos grandes para que pudieran ser
expulsados y para evitar dolor o sangramiento me centraba en que fuesen tan
pequeñas las partículas resultantes de las fracturas que no llegasen a
presionar las vías urinarias en modo de causar dolor y/o que se limasen sus
aristas para que el tránsito fuese satisfactorio.
Y lo hemos logrado.
La foto lo confirma y lo conservo.
Con los conocimientos aprendidos con
Noética creo que puedo alcanzar buenos objetivos personales y colectivos.
Vicente Amengual Sosa.
Maracay, Venezuela.
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