LA CONFRONTACIÓN ES TOTAL. (análisis)

Aunque se ha dicho bastante, no se entiende o no se cree lo que explicaremos. Por eso es poca la importancia que se le da. Y de esa importancia depende lo que se puede hacer.

Hay dos sectores: uno cohesionado a través de unas ideas y un liderazgo. El otro es todo lo que no es aquel. La precaria cohesión de este último gira alrededor de la necesidad de desplazar absolutamente al otro sector.

¿Por qué es así?

Los voceros y las políticas del sector gubernamental lo hacen ver muy claro. Este es un proyecto exclusivo y excluyente. No admite convivencia con el otro, bajo ninguna forma. La también precaria coexistencia estriba en que la llegada al poder se hizo bajo las normas del sector llamado opositor. Por eso subsiste.

El sector opositor pretende también el poder y desplazar al gubernamental, pero puede coexistir con los integrantes del otro grupo, inclusive permitiéndoles su asociación y triunfos electorales, aun en la dirección del país, pero volviendo siempre al cauce de las reglas alternativas.

En estos lineamientos, queda claro que la confrontación para el sector gobierno es total, las barreras y obstáculos son absolutos. Para el sector opositor es posible la convivencia dentro de los cauces indicados.

La historia venezolana demuestra con pasmosa evidencia la certeza de estas afirmaciones.

Ante esta situación, el sector opositor, como tesis de vida, no puede negarse ningún espacio por inútil que aparentemente sea.

El diálogo recientemente iniciado no va a conducir a nada como entendimiento o negociación, pero es un espacio que el sector opositor debe cubrir, tanto por lo que significa hacerlo, como por lo que significa no hacerlo.

La miopía, la falta de reflexión, de sentido común, de análisis, determinan expresiones de desprecio hacia ese mecanismo. Como también eso es lo que deviene del rechazo a la participación electoral. La Asamblea Nacional, en nada es una asamblea, pero es un espacio que debe ocuparse. Si se entiende bien todo esto, los beneficios serán mayores. Lo otro es navegar al garete.