DIEZ REGLAS BÁSICAS PARA EL ABOGADO ACTUAR EN JUICIO
Estas son reflexiones de una larga
experiencia de litigio profesional de la Abogacía en todas las instancias del
Poder Judicial. Son reflexiones apuntadas hacia la parte técnica y estratégica
del litigio. No hago referencia a la parte ética, puesta ésta está
perfectamente dibujada en el Código de Ética Profesional del Abogado
venezolano. Tampoco entro en el terreno de los derechos y deberes del abogado
en el aspecto formal, por cuanto esta parte está regulada perfectamente en la
Ley de Abogados y otros instrumentos legales. Son simplemente orientaciones que
nadie nos da en la Universidad ni en ninguna otra parte y que solo se logran
con el producto del ejercicio profesional. Serán bienvenidas sugerencias y
aportes de otros abogados.
1.- Concéntrese en una idea o ideas específicas. Aunque parezca
obvio, el abogado tiene que establecer con precisión que es lo quiere pedirle
al juez en su demanda o bien, que es lo que pretende el demandante a quien
deberá confrontar. Establecer un orden de importancia de mayor a menor en ambos
casos. De ese estudio debe obtener una aproximación bastante efectiva de si el
objeto de la demanda es posible para usted o para su adversario.
2.- Explique adecuadamente esa idea específica. Relee una y otra
vez tus escritos o los de la contraparte, sobre todo los argumentos básicos.
Con frecuencia advertirás que puedes expresar mejor tus alegatos, que alguna
afirmación puede perjudicar tu causa, que tal vez estés contribuyendo a mejorar
la posición del adversario, etc. Del mismo modo, deben observarse estos puntos
en la explicación o alegatos del contrario.
3.- Evalúa serenamente la posición de la contraparte. Trata de
ponerte en su lugar y qué harías usted si tuvieses que defenderla. Ese análisis
exhaustivamente realizado te revela con qué cuenta él y te abre las puertas a
asegurar con qué cuenta tú. Para mí este es un paso camino al éxito.
4.- Identifica la calidad de tu contraparte. Esto lo dice la
realidad. Quizás suene un poco molesto, pero usted litiga contra otra persona y
esto es lo que cuenta. Examina la calidad ética y profesional de tu adversario,
observa si ha planteado correctamente lo que quiere. Entonces, cuida de no
ayudarlo a fortalecer su posición, advirtiendo sus errores y fallas.
5.- La brevedad es arte en el ejercicio de la abogacía. Ser
breve no quiere decir necesariamente ser
corto, pues suelen existir juicios que envuelven problemas profundos y no
pueden ser tratados en pocas páginas. La
brevedad significa que sea cual sea la entidad del problema que trata, debe
plantearlo con el mínimo necesario de páginas. Las citas doctrinarias y
jurisprudenciales, a mi parecer, no deben transcribirse en sus escritos. En todo caso, solo deben reflejarse aquellas
que sean absolutamente necesarias. Tales citas abultan mucho tu escrito y de
todas maneras el Juez irá a la fuente a corroborarlas.
6.- Cuida en extremo la ortografía y la gramática. Muchos abogados
piensan que la justicia es el objetivo final de la controversia y que sea como
se escriba o se narre, igual el juez tiene que decidir a favor de quien tiene
la razón. Es cierto en alguna medida,
pero debemos recordar que el ejercicio profesional del abogado es una labor
intelectual y de cultura. Además de eso, el juez puede no entenderlo y como
quiera que tiene que tomar una decisión, por imperativo de la ley, puede hacerlo
desmejorando tu posición.
7.- El juez conoce el Derecho, pero no conoce su caso. De modo
que es tu deber planteárselo de tal manera que él lo entienda perfectamente.
Cuando el juez tiene que hacer un esfuerzo muy grande para comprender lo que quieres
decirle, se corre el riesgo que quede desorientado y tiene que decidir sobre lo
que existe. Tu defensa puede perderse.
8.- Probar es algo que exige mucha dedicación. Alega solo lo que
puedas probar. Prueba solo lo que está en relación directa con tu defensa. Sé
exhaustivo con las pruebas con las que cuentas. Para litigar con la mayor posibilidad
de triunfo judicial, debes estar al día en el conocimiento del sistema probatorio. Aunque parezca obvio lo
antedicho, la experiencia me enseña que es conveniente decirlo.
9.- No expreses en la demanda, la
contestación o la reconvención todo lo que te favorece. Esto es muy
importante. Muchas veces los abogados queremos ser muy amplios para que el juez
vea bien nuestra posición y decimos más de lo esencial. Eso puede traer como
consecuencia que se advierta al contrario de elementos que mejorarán su
actuación. Las cosas muy importantes deben ser planteadas en forma que el juez
valore esa importancia, pero también de una forma elegante en la que al
adversario no le sea fácil advertir que esos son tus mejores recursos.
10.- Cuide bien los detalles, accesorios y demás elementos colaterales al
asunto principal. El poder que te confieren debe estar muy claro. Tienes
que analizar cuidadosamente el poder del adversario. Asegúrate que las pruebas
que no están en tu poder, podrán ser localizadas y traídas a juicio. Examina todos los lapsos de caducidad o
prescripción que puedan concurrir en el asunto que manejas. Sé breve también en
los informes. Y trata de observar si tu adversario no está haciendo todo lo que
anteriormente he descrito y si lo está haciendo bien, tú tendrás que ser
mejor.
Vicente Amengual Sosa
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