¿ ILEGITIMIDAD DE MADURO ?
Si nos vamos a la cuestión de correcta interpretación jurídica, que es de lo que carecemos mucho en estos tiempos, tienen razón quienes pregonan que no se puede tildar de ilegítimo al Presidente Maduro. Entiendo, perfectamente, que quienes así lo hacen, no están centrados en un análisis jurídico, sino más bien en circunstancias atinentes a la política.
Nicolás Maduro ha obtenido una decisión favorable a su proclamación por parte de un órgano del Poder Público facultado para ello, por lo que su toma de posesión tiene la presunción de legitimidad. Por consiguiente, no es jurídicamente ilegítimo.
Ahora bien, cosa distinta es que mientras no se hayan vencido los lapsos de impugnación - y si se intentan, hasta que no se agoten las vías administrativas y judiciales - esa investidura puede ser declarada nula, destruyéndose así la presunción de legitimidad de que gozaba, y en tal caso, revocado el mandato. Así de claro.
Por las mismas razones, no puede el Presidente de la Asamblea Nacional negar la palabra a los diputados opositores, bajo el argumento que él no los reconocería sino en la medida que ellos reconozcan a Maduro como Presidente. No.
Porque esos diputados no fueron objeto de impugnación, lo que implica que sus nombramientos y juramentaciones ya no pueden ser revertidas (salvo que se aplique otra figura distinta, como lo es el referéndum revocatorio), mientras que los diputados sí tienen derecho a no reconocer al Presidente Maduro como tal, en el entendido que se refieren al hecho de estar pendientes los recursos de impugnación. Negarle el reconocimiento al Presidente, por parte de esos diputados, es más bien una cuestión política. El impasse pudo haberse resuelto, entre otras formas jurídicas, con el solo hecho de aclarar que aceptaban la presunción del buen derecho de la juramentación, la que ellos mismos se encargarían de impugnar para revocarla. Pero en esta política que vivimos, estas cosas no tienen acogida.
Nicolás Maduro ha obtenido una decisión favorable a su proclamación por parte de un órgano del Poder Público facultado para ello, por lo que su toma de posesión tiene la presunción de legitimidad. Por consiguiente, no es jurídicamente ilegítimo.
Ahora bien, cosa distinta es que mientras no se hayan vencido los lapsos de impugnación - y si se intentan, hasta que no se agoten las vías administrativas y judiciales - esa investidura puede ser declarada nula, destruyéndose así la presunción de legitimidad de que gozaba, y en tal caso, revocado el mandato. Así de claro.
Por las mismas razones, no puede el Presidente de la Asamblea Nacional negar la palabra a los diputados opositores, bajo el argumento que él no los reconocería sino en la medida que ellos reconozcan a Maduro como Presidente. No.
Porque esos diputados no fueron objeto de impugnación, lo que implica que sus nombramientos y juramentaciones ya no pueden ser revertidas (salvo que se aplique otra figura distinta, como lo es el referéndum revocatorio), mientras que los diputados sí tienen derecho a no reconocer al Presidente Maduro como tal, en el entendido que se refieren al hecho de estar pendientes los recursos de impugnación. Negarle el reconocimiento al Presidente, por parte de esos diputados, es más bien una cuestión política. El impasse pudo haberse resuelto, entre otras formas jurídicas, con el solo hecho de aclarar que aceptaban la presunción del buen derecho de la juramentación, la que ellos mismos se encargarían de impugnar para revocarla. Pero en esta política que vivimos, estas cosas no tienen acogida.
Comentarios