EL COMUNISMO:
¿ideología, bandera o qué?
El comunismo debe ser seriamente estudiado por todos aquellos que luchan vanamente por implantarlo. Allí se convencerán, si son honestos consigo mismo, lo que inexorablemente se pondrá ante sus ojos.
Debe ser estudiado con mucha atención por quienes lo adversan, sobre todo por esa gran mayoría que lo ha estigmatizado con la sola palabra comunismo. Estoy convencido que estos últimos, sin proponérselo, son quienes más contribuyen para que surjan los autocalificados comunistas. Si se le estudia, quien lo hace, conocerá las herramientas básicas y las especializadas para prevenir la aparición, las tácticas, la propaganda, los recursos y las leyes del comunismo.
Si usted desea contactar a algún comunista con alguna experiencia en la implantación de ese sistema, no lo busque pues no lo hallará, no lo hay. Alguno se imaginará o dirá que el mayor punto de referencia de esa lucha en todo el planeta fue Fidel. Hasta el sol de hoy nadie ha hecho referencia, más allá de este austero amanuense venezolano, a palabras que en su oportunidad él dijo por un canal televisivo y que en cualquier persona con sentido común, debió poner de manifiesto su aceptación del fracaso. Toda su conducta de los últimos años prueba esta afirmación. Por otra parte, las insalvables contradicciones de la revolución cubana, son una sentencia inapelable. Y como si todo esto fuese poco, el hombre vivió 60 años intentando aquello y nada. Un chamo de hoy día le hubiese dicho, de poderlo: ¡ oye tú, Caballo, pá cuando lo vamos a dejá? Quiero advertir que uso la palabra “fracaso” por comodidad del lenguaje, mas luego volveremos sobre ella.
En otro terreno, expreso lo siguiente: Si usted toma deliberadamente cinco, tal vez diez puntos de los que el comunismo define como máximas, verá que son absolutamente buenos, que muchas ideologías también los pregonan. Entonces, ¿por qué fracasan?, es la pregunta de rigor.
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