Lacónico

Me sucedió en los viajes dentro de estas herramientas internáuticas, al igual que a un ciudadano que le gustaba hacerlo por el mismísimo mar, almirante él y cuya devaluación se ha pretendido: Que tratando de conseguir una cosa se encontró con otra.

Resulta que los ingeniosos diseñadores de estas vías, si uno escoge determinado opción, !pum!, se lo llevan con su barco para otra. Y he allí que, forzosamente (aunque no me quejo), tratando de meter en el astillero a mi blog "narraciones breves" (brevedad.blogspot.com) para algunas reparaciones, me asignan otro, que es este "lacónico" (megabreve.blogspot.com), que viene siendo "el mismo musiú pero con diferente cachimbo".

No sé, me dijeron que podía ensamblar los dos barcos en uno solo, que el segundo sería continuación del primero, pero nada, este blog está empezando por el número "1" y quedan atrás los 180 kilómetros recorridos en el otro barco.

Montado en este nuevo, aprovecho para llevarlo y traerlo solamente a dos puertos (como los ferrys esos que solo van y vienen de Margarita), que es el humor de ida y de vuelta. Resultó bueno el final del viaje, justamente como sucedió con el Almirante genovés, que halló "tierra de gracia".

Veré cómo hago con el barco viejo, pues no quiero importunar a los constructores de barcos, apoderándome de dos de ellos. Este barco será solo de humor, tan escaso ese bien, y el otro, ya veremos que decide este almirante y las autoridades por cuya cuenta navego. Gracias. Vicente Amengual.