Desde que se instaló en el país el presente gobierno, una avalancha sin precedentes de artículos de opinión, programas, entrevistas, libros, conversaciones, foros, etc, ha invadido todo espacio público posible. Casi todas las veces en que se hace el esfuerzo ello choca duramente con la realidad. Y nadie se pregunta por que ante estruendosas afirmaciones, denuncias y señalamientos, muchas veces con pruebas que exhiben sus autores (no pruebas en sentido judicial, sino un ordenamiento de evidencias que sería de investigar), nada acontece. El argumento al cual se recurre con más insistencia es el de que los poderes públicos llamados a intervenir, cuando esos señalamientos envuelven hechos púnibles, es que esos poderes están controlados absolutamente por el gobierno. Cuando se se afirma,por otra parte, que tales o cuales conductas son contrarias a la Constitución , nada sucede. Lo mismo pasa cuando se habla de falta de diálogo, confrontación, discusión. En fin, podría pasarme el día entero...