HONOR PARA EL COLEGIO DE ABOGADOS DEL DISTRITO CAPITAL
Por años, he sido duro crítico del Colegio de Abogados del Distrito Capital, de Caracas, en virtud de su apatía y su indiferencia. Por que también allí germinaron las malas artes contra los intereses de la mayoría de los abogados que necesitan ganarse el sustento diario. Conocida fue la guerra que desde allí se sostuvo contra el Reglamento Nacional de Honorarios Mínimos, que por encima de todo es un arma reivindicativa de la abogacía.
Su presencia en los escenarios nacionales era de poca fortuna, a veces que ni asistían y otras veces había que traerlos a empujones. Los Colegios de Abogados de Zulia, Carabobo, Mérida, Táchira y Aragua, eran quienes marcaban el liderazgo nacional.
En una época floreciente para nuestro gremio nos blindamos en grandes luchas con muchos dirigentes. Y de Caracas, por fin, surgió alguien, hombre de lucha y de combate Alfredo Veloz. El Colegio de Caracas despertó de su letargo. Y desde mi hermano Veloz hasta mi apreciada Ivett Lugo, ha surgido incontenible la lucha democrática.
Ahora son los demás Colegios los que han caído en una pasividad peligrosa. El Colegio guerrero, innovador y pionero de tantas luchas, el de Aragua, casi que ni existe.
Hoy más que nunca se necesita de los defensores de la ley, de los derechos de los ciudadanos, de la democracia, de energía , de cumplir con los postulados constitucionales y del deber social que nos impone el Código de Ética del Abogado venezolano.
Hagamos fuerza con el Colegio de Abogados del Distrito Capital y no lo dejemos solos en esa lucha que los honra.
Comentarios