ASAMBLEA POR LA DIGNIDAD DEL ABOGADO
Hoy mismo, hace unas pocas horas, le he pedido a varios abogados que convoquen a una Asamblea gremial, con el propósito de plantear ante toda clase de autoridades que están ligadas con el ejercicio de la Abogacía, el cumplimiento de normas legales que atañen al decoro de la profesión, a su dignidad y a su condición de parte del sistema judicial.
El profesional del Derecho es un servidor público. Presta servicios profesionales a toda clase de personas naturales o jurídicas, públicas o privadas; interviene en todo lo que se se hace en cualquier punto de la sociedad. Esta es, en buena medida, producto de su esfuerzo y dedicación.
Pero la crisis moral de los tiempos que estamos viviendo, nos ha llevado a la situación en que el Abogado es irrespetado en su ejercicio, no se le atiende como una persona que gestiona un derecho de otra persona, se le trata con desdén y con animadversión.
Esto se produce ya en toda clase de tribunales y oficinas públicas, con sus excepciones, sea cual sea el servicio que está prestando. Eso se extiende cada vez más: amenaza a los jueces con hacer que pierdan su decoro, ha ya arrollado a secretarios y alguaciles abogados, abarca funcionarios públicos de cualquier jerarquía, en fin, ya va siendo una triste realidad en todo ámbito.
Los Colegios profesionales de la Abogacía callan, como han callado casi todo lo que les ha reclamado el tiempo presente.
Espero que una Asamblea masiva comience con el proceso de reivindicación.
El profesional del Derecho es un servidor público. Presta servicios profesionales a toda clase de personas naturales o jurídicas, públicas o privadas; interviene en todo lo que se se hace en cualquier punto de la sociedad. Esta es, en buena medida, producto de su esfuerzo y dedicación.
Pero la crisis moral de los tiempos que estamos viviendo, nos ha llevado a la situación en que el Abogado es irrespetado en su ejercicio, no se le atiende como una persona que gestiona un derecho de otra persona, se le trata con desdén y con animadversión.
Esto se produce ya en toda clase de tribunales y oficinas públicas, con sus excepciones, sea cual sea el servicio que está prestando. Eso se extiende cada vez más: amenaza a los jueces con hacer que pierdan su decoro, ha ya arrollado a secretarios y alguaciles abogados, abarca funcionarios públicos de cualquier jerarquía, en fin, ya va siendo una triste realidad en todo ámbito.
Los Colegios profesionales de la Abogacía callan, como han callado casi todo lo que les ha reclamado el tiempo presente.
Espero que una Asamblea masiva comience con el proceso de reivindicación.
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