CRÍMENES FAMOSOS.
En el pasado, cuando había crímenes que por alguna razón conmovían a la población, los ciudadanos podíamos formarnos opinión por diversos medios. A pesar que imperaba un sistema de secreto sumarial, los hechos salían a la luz pública. Luego, cuando entraban en fase plenaria, se podían leer los expedientes en el Tribunal. De estudiante tuve la la ocasión de leer en Caracas los crímenes de la época.
Como abogado que en el pasado litigó la materia penal conocí algunos casos importantes, también se me suministró material para hacer publicaciones de prensa y otros casos de trascendencia los conocí como juez penal en tribunales colegiados.
Ahora, cuando hay un sistema judicial penal más abierto y ha de suponerse que hemos avanzado en la conquista de derechos constitucionales, algunos de los cuales guardan relación con el derecho a conocer grandes crímenes, todo es un misterio.
Los venezolanos tenemos pleno derecho a saber, por ejemplo, cómo se determinó la culpabilidad de los Comisarios Forero, Vivas y Simonovis, por solo nombrar un caso. En qué pruebas se basó la Fiscalía, porqué se les aplicó la pena máxima permitida en nuestra legislación, etc.
Solo así podremos lograr - haciendo un análisis objetivo y sincero a título personal o a través de abogados que lo describan bien - determinar si se hizo justicia o no, si fue justa la pena, en caso de ser culpables. No podemos conformarnos con ese silencio que hay en esos casos.
Eso constituye un mínimo de respeto a nuestra condición de ciudadanos de un país democrático, libre y legalista.
Como abogado que en el pasado litigó la materia penal conocí algunos casos importantes, también se me suministró material para hacer publicaciones de prensa y otros casos de trascendencia los conocí como juez penal en tribunales colegiados.
Ahora, cuando hay un sistema judicial penal más abierto y ha de suponerse que hemos avanzado en la conquista de derechos constitucionales, algunos de los cuales guardan relación con el derecho a conocer grandes crímenes, todo es un misterio.
Los venezolanos tenemos pleno derecho a saber, por ejemplo, cómo se determinó la culpabilidad de los Comisarios Forero, Vivas y Simonovis, por solo nombrar un caso. En qué pruebas se basó la Fiscalía, porqué se les aplicó la pena máxima permitida en nuestra legislación, etc.
Solo así podremos lograr - haciendo un análisis objetivo y sincero a título personal o a través de abogados que lo describan bien - determinar si se hizo justicia o no, si fue justa la pena, en caso de ser culpables. No podemos conformarnos con ese silencio que hay en esos casos.
Eso constituye un mínimo de respeto a nuestra condición de ciudadanos de un país democrático, libre y legalista.
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